Es la más mala del año. Lleva tres crímenes en ¿Dónde está Elisa? y, con un whisky en una mano y un cigarro en la otra, el personaje de Consuelo se ha transformado en el mejor criticado de la teleserie del canal estatal, cuyo último capítulo se emitirá este miércoles a las 22 horas.

Paola Volpato dice que para dar con su villana hizo un trabajo previo muy particular: "Uno siempre anda mirando más de la cuenta y robando gestos, entonaciones, posturas... es una deformación profesional. Cuando te enfrentas a un nuevo papel, buscas en el cine, en la calle, en los libros, buscas algo que te inspire para armar tu personaje".

Y agrega que una de esas inspiraciones fue María del Pilar Pérez, imputada por tres crímenes ocurridos en Providencia en 2008, incluido el del economista Diego Schmidt-Hebbel: "El caso de Pilar Pérez me sirvió para reforzar lo que a Pablo Illanes y su equipo (de guionistas) les parecía tan obvio: que existían mujeres psicóticas y retorcidas como Consuelo Domínguez, que andaban circulando por nuestras calles".

Volpato dice que una vez que comenzó a leer los primeros capítulos que tuvo entre sus manos, "probé el tono con el que tenía que construir a Consuelo, cómo enfrenta el día a día, el enojo, la conquista... La Quena (María Eugenia Rencoret, directora del área dramática de TVN) corrige y pule allí, en esas reuniones, escuchando cómo 'suena' esa orquesta y, a partir de ahí, con el look, vas trabajando la postura, el tiempo y le preguntas y le preguntas y le vuelves a preguntar a tus amigos actores (sólo a los que encuentras "secos") si les parece, si les tinca, si se ve de verdad".

Respecto a las buenas críticas que ha recibido por su personaje, cuenta que "ha habido mucha buena onda, la certeza de que existe muchas personas que valoran tu trabajo, mucho cariño del público y nuevas posibilidades de trabajo".

Aunque añade que también ha tenido algunos contratiempos menores en la calle: "Soy una persona muy respetuosa del espacio personal de los otros y me agrede profundamente cuando invaden el mío. Las teleseries produce en la gente la curiosidad de saber de nosotros, seres virtuales que entramos a sus casas diariamente; entonces, si se topan con nosotros en la calle, surge espontáneamente el deseo de saludarnos, abrazarnos, darnos besos, hablarnos...el problema es que ellos son muchos y tú eres uno solo". Y luego remata diciendo que "he recibido muchas felicitaciones y eso es muy bonito".