Un receso en los ensayos. Al teléfono desde Argentina, donde se presentará el próximo jueves 3 de agosto junto a la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, en el Teatro El Círculo de la misma ciudad y con un programa que incluirá el Concierto para orquesta de Bartók, el joven director chileno Paolo Bortolameolli (1982) recuerda el día en que le propusieron dar, hasta ahora, el mayor salto en su carrera: "Hacía poco había vuelto de Estados Unidos, en mayo pasado, cuando recibí un correo desde la Filarmónica de Los Angeles", considerada la más importante del país según The New York Times y la misma con la que había trabajado durante dos meses, mientras formó parte del programa Dudamel Fellowship, dictado por el reconocido director venezolano y titular de la misma agrupación, Gustavo Dudamel.

"Fueron dos meses muy intensos y de mucho aprendizaje, estrené en Los Angeles, por cierto, y cuando terminó el periodo me ofrecieron el puesto de director asistente de la Filarmónica. Desde luego no lo podía creer y hasta me costó convencerme de que con esto se abría un nuevo camino en mi carrera", dice el músico de 32 años, quien actualmente vive en Boston, EEUU.

Su nombramiento, dado a conocer el jueves a través de un comunicado oficial, trae a la memoria la hazaña de otro chileno, Juan Pablo Izquierdo, quien en 1966 se convirtió en director asistente del entonces titular de la Filarmónica de Nueva York, Leonard Bernstein. "Pensar en que el maestro Izquierdo tuvo también esta misma posibilidad me impulsa a seguir creciendo y a aportar al desarrollo de la música, su difusión y creación de nuevas audiencias, tanto en Chile como en el extranjero", comenta. "La Filarmónica de Los Angeles es hoy un referente mundial por su interés por mirar al presente y futuro de la música clásica; de verla con diversidad y darle visiones frescas a los repertorios universales, de incluir a todos los públicos y por esta idea, de la que siempre he estado convencido, de que la música no solo se contempla, sino que debe vivirse activamente. La filosofía de esta orquesta es para mí la correcta, y realmente creo que llegué a un lugar que me inspira mucho más aún. En ese sentido, Dudamel jugó un rol fundamental: él es símbolo de la renovación, de la juventud y de la energía que se puede transmitir. Por eso es quien es hoy en la escena mundial", añade.

Desde septiembre próximo, cuando desempeñe el cargo durante el período 2017-2018, Bortolameolli preparará a la orquesta para ciertos programas, entre ellos Mass, de Bernstein, y La canción de la tierra de Mahler, que el próximo año tendrá una puesta en escena a cargo de la compañía chilena Teatro Cinema. También hará de cover conductor de cada director invitado, acompañará a la orquesta en sus giras por EEUU y Europa, trabajará en el programa de orquestas juveniles YOLA, y hasta dirigirá una obra de Esa-Pekka Salonen en la temporada Symphony for Youth.

Por si fuera poco, para agosto Bortolameolli ya tiene agendados cuatro conciertos en Santiago; uno junto a la Sinfónica Nacional Juvenil, otro al frente de la Sinfónica Estudiantil Metropolitana (OSEM) y dos junto a la agrupación Solístico de Santiago: "Uno de los dos será en el GAM ese mismo mes, y será todo un hito, pues por primera vez se presentarán en Chile las dos Sinfonías de cámara de Arnold Schoenberg", cuenta. En septiembre además debutará en España, cuando dirija a la Academia Santa Cecilia en el Auditorio de Madrid. "La música, así como otras artes escénicas, como el teatro y la danza, son manifestaciones que viven en el momento en que ocurren. Para nosotros los músicos las partituras no son más que unas cuantas hojas con tinta e indicaciones, pero la música es cuando suena. Esa es la vida que siempre debiera tener".