Ante seis víctimas -tres hombres y tres mujeres procedentes de Alemania, Reino Unido e Irlanda- el Papa Francisco pidió "perdón humildemente" por "los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero", así como por "los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias presentadas". Estas palabras fueron ofrecidas ayer durante la misa de las siete de la mañana en la residencia de Santa Marta, en la que el Pontífice aseguró que los abusos a menores por parte de sacerdotes son "algo más que actos reprobables". "Es", añadió el Papa, "como un culto sacrílego, porque esos chicos y esas chicas les fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia".
Según la revista estadounidense National Catholic Reporter, se trató de la primera vez que el Papa se reunía directamente con un grupo de víctimas de los abusos del clero, una tradición que había comenzado con su predecesor, Benedicto XVI, que se reunió con las víctimas por primera vez en 2008 durante una visita a Washington D.C. Posteriormente, se reunió con otras víctimas durante sus visitas pastorales a Australia, Malta, Reino Unido y Alemania.
La publicación también recordó que el Papa le había pedido al cardenal de Boston Sean O'Malley -jefe de la Comisión del Vaticano para la Protección a Menores- que ayudara a organizar este encuentro. Según señaló el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, esta comisión, que fue establecida en diciembre, se reunió el domingo en la Santa Sede y discutió extender el número de miembros, especialmente de Africa y Asia, antes de reunirse en octubre. También se estudió la creación de una comisión permanente para que trabaje en el mismo Vaticano.
La comisión, que en la actualidad consta de ocho miembros, tiene como tarea ayudar a las víctimas mediante un enfoque pastoral y prevenir el abuso.
El encuentro fue cerrado a los medios, pero el portavoz del Vaticano -quien participó en la reunión- dijo que fue "muy intenso y emotivo". "Claramente no fue un evento de relaciones públicas. Fue un encuentro espiritual muy profundo con un pastor, un padre, que está intentando comprender profundamente qué sucedió", añadió Federico Lombardi.
El Pontífice pronunció su homilía en español. Según la agencia France Presse, esto sería señal de que el Papa Francisco la escribió de su puño y letra, lo que ocurre en momentos especiales, en los que prefiere emplear su propio idioma.
Un traductor acompañó al Papa ya que el grupo de víctimas que sufrió abusos por parte de sacerdotes estaba formado por dos británicos, dos alemanes y dos irlandeses.
Las víctimas y familiares asistieron primero a la misa matutina que el Pontífice suele oficiar en la capilla de su residencia, tras lo cual se reunieron en privado.
Los nombres de las personas no fueron divulgados a la prensa, pero los periodistas en el Vaticano señalaron que se podría tratar de personas entre 40 y 50 años.
Según señala la agencia Reuters, el Vaticano ha informado que en los últimos 10 años se han presentado a la Santa Sede 3.420 acusaciones consideradas creíbles sobre abusos sexuales de parte de sacerdores y que a 824 clérigos se los expulsó del sacerdocio. En cuanto a las compensaciones, la Iglesia Católica ha pagado, por ejemplo, US$ 2.500 millones a las víctimas en Estados Unidos.