Papa Francisco asegura que Dios "me da una sana dosis de inconsciencia"

Con respecto a los cambios en la curia aseguró que no está preocupado, "me parece todo normal, porque sería anormal que no existieran puntos divergentes".




En su primera entrevista a un medio latinoamericano, el Papa Francisco habló de todos los temas con La Nación de Argentina, con cierta reserva, pero no se negó a contestar ninguna pregunta.

"Dios es bueno conmigo, me da una sana dosis de inconsciencia. Voy haciendo lo que tengo que hacer. Una cosa que me dije desde el primer momento fue: 'Jorge, no cambies, seguí siendo el mismo, porque cambiar a tu edad es hacer el ridículo'", aseguró.

Consultado sobre los cambios que está realizando al interior del Vaticano, el Pontífice sostuvo que "considero a las resistencias como puntos de vista distintos, no como cosa sucia. Tiene que ver con decisiones que por ahí tomo, eso sí. Claro, hay decisiones que tocan algunas cosas económicas, otras más pastorales".

-¿Está preocupado?

"No, no estoy preocupado, me parece todo normal, porque sería anormal que no existieran puntos divergentes. Sería anormal que no saliera nada".

-¿Terminó el trabajo de limpieza o sigue?

"No me gusta hablar de "limpieza". Diría de hacer marchar la curia en la dirección que las congregaciones generales [las reuniones que anteceden al cónclave] pidieron. No, para eso falta mucho todavía. Falta, falta. Porque, en las congregaciones generales precónclave, los cardenales pedimos muchas cosas y hay que seguir adelante en todo eso"

-¿Lo que se encontró haciendo limpieza es peor de lo que se esperaba?

"Primero, no me esperaba nada. Esperaba volverme a Buenos Aires (risas). Y después creo que, no sé, Dios en eso es bueno conmigo, me da una sana dosis de inconsciencia. Voy haciendo lo que tengo que hacer".

LO MEJOR Y LO PEOR DE SER PAPA

"Una cosa, y esto es verdad y esto lo quiero decir: antes de venir acá, me estaba retirando. O sea, cuando volviera a Buenos Aires, había quedado con el nuncio de hacer la terna ya para que, a fin de ese año [2013], asumiera el nuevo arzobispo. Tenía la cabeza enfocada en los confesionarios de las iglesias donde iba a ir a confesar. Incluso estaba el proyecto de pasar dos o tres días en Luján y el resto en Buenos Aires, porque Luján a mí me dice mucho, y las confesiones en Luján son una gracia. Cuando vengo acá, tuve que volver a empezar con todo esto nuevo. Y una cosa que me dije desde el primer momento fue: "Jorge no cambies, seguí siendo el mismo, porque cambiar a tu edad es hacer el ridículo". Por eso he mantenido siempre lo que hacía en Buenos Aires. Con los errores, por ahí, que eso puede suponer. Pero prefiero andar así como soy. Evidentemente, eso produjo algunos cambios en los protocolos, no en los protocolos oficiales porque esos los observo bien. Pero mi modo de ser aun en los protocolos es el mismo que en Buenos Aires, o sea que ese "no cambies" me cuadró bien la vida", indicó el prelado.

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