El papa Francisco rezó hoy, a 25 años de la caída del Muro de Berlín, para que se "difunda cada vez más una cultura del encuentro, capaz de hacer caer todos los muros que todavía dividen al mundo".
Jorge Bergoglio pidió en el Angelus que no suceda más que "personas inocentes sean perseguidas" y asesinadas a causa de sus creencias o religión.
El pontífice recordó el rol protagonista que tuvo Juan Pablo II en la caída del Muro, que fue el "símbolo de la división ideológica de Europa y del mundo entero".
"La caída se produjo de improviso, pero fue posible por el largo y fatigoso compromiso de muchas personas" que "lucharon y sufrieron para ello", sostuvo el Papa.
Francisco subrayó que hace 25 años, el 9 de noviembre de 1989, caía el Muro de Berlín que durante tanto tiempo dividió en dos la ciudad y fue símbolo de la fractura ideológica de Europa y del mundo entero.
"Donde hay un muro existe clausura de corazón: son necesarios puentes no muros", agregó Bergoglio improvisando su discurso.
Francisco, antes de la oración del Angelus, recordó hoy la fiesta de la dedicación de la Basílica mayor San Juan de Letrán, Catedral del Papa de Roma, y explicó que San Juan de Letrán hace de madre de todas las iglesias de la ciudad y del mundo.
"Con el término madre nos referimos no tanto al edificio sagrado de la Basílica material", dijo, cuanto a la obra del Espíritu Santo que en este edificio se manifiesta, fructificando mediante el ministerio del Pontífice en todas las comunidades que permanecen en unidad con la Iglesia que él preside.
Con la fiesta de hoy, afirmó el Papa, "profesamos en la unidad de la fe el vínculo de comunión que todas las Iglesia locales, esparcidas sobre la Tierra, tienen con la Iglesia de Roma y con su Obispo, sucesor de Pedro".
El templo material hecho de ladrillos, reflexionó, es signo del templo espiritual del cual Cristo es la piedra viva y donde cada cristiano, por el bautismo, forma parte del edificio de Dios.
Esta fiesta "nos invita a meditar sobre la comunión de todas las Iglesias, por analogía nos estimula a comprometernos para que la humanidad puede superar las fronteras de enemistad e indiferencia, a construir puentes de comprensión y de diálogo para hacer del mundo entero una familia de pueblos reconciliados entre ellos, fraternos y solidarios".
"De esta nueva humanidad la Iglesia misma es signo de anticipación, cuando vive y difunde con su testimonio en el Evangelio, mensaje de esperanza y de reconciliación para todos los hombres", dijo.
Al término del Angelus Francisco recordó que hoy en Italia se celebra la Jornada del Agradecimiento, que este año tiene por tema "Nutrir al planeta, energía para la vida", con la referencia a la ya próxima Expo Milán 2015.
"Me uno a los obispos -dijo el Pontífice- en auspiciar un compromiso renovado para que a nadie le falte el alimento cotidiano que Dios dona para todos".
"Estoy cercano al mundo de la agricultura y aliento a cultivar la tierra de modo sostenible y solidario", sostuvo.
"En tal contexto -manifestó Bergoglio, tiene lugar en Roma la Jornada diocesana para la custodia de lo creado, un evento que quiere promover estilos de vida basados en el respeto del ambiente, reafirmando la alianza entre el hombre, custodio de lo creado y su Creador".