El Papa Francisco declaró este viernes en Egipto que "ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanaría su nombre".
En un acto celebrado en la institución sunita Al Azhar, el Papa argentino aseguró que la religión no es la causa de conflictos, sino su solución, mientras que "los populismos demagógicos" no ayudan "a consolidar la paz".
"Ninguna incitación a la violencia garantizará la paz y cualquier acción unilateral que no incite a procesos constructivos y compartidos es en realidad un regalo a los autores del radicalismo y de la violencia", agregó el pontífice.
Francisco dijo que lo que se necesita es que haya "constructores de paz, no provocadores de conflictos; de bomberos y no de incendiarios; de predicadores de reconciliación y no de impulsores de destrucción".
El Pontífice llegó hoy a El Cairo con la esperanza de enmendar los lazos con los líderes religiosos musulmanes, en momentos en que la antigua comunidad copta egipcia afronta una presión sin precedentes de los militantes del Estado Islámico.
Sin embargo, llega en un momento complicado para los coptos de Egipto, la mayor comunidad cristiana de Oriente Medio, tres semanas después de que murieron 45 personas en dos atentados suicidas de Estado Islámico contra iglesias. Antes, una bomba mató en diciembre a 28 personas en la principal catedral egipcia y una ola de asesinatos obligó a cientos de cristianos a huir del norte del Sinaí, donde el grupo es más activo.