El papa Francisco oró y presidió hoy, Viernes Santo, el tradicional Vía Crucis con decenas de miles de fieles en el Coliseo de Roma.
Los miedos y las esperanzas en la región del Cercano Oriente centraron la ceremonia, con la que los católicos recuerdan las 14 estaciones de la pasión y la muerte de Jesucristo.
Los textos y meditaciones fueron escritos por jóvenes libaneses y el patriarca maronita de ese estado, Béchara Boutros Raï. El papa siguió los rituales sumido en la reflexión.
"Jesús da respuesta a las preguntas sobre el camino a la vida eterna", comenzaron las meditaciones del Vía Crucis. El sufrimiento en el Cercano Oriente y el de toda la humanidad así como la esperanza de salvación se reflejaban en los textos escritos en su mayoría por dos jóvenes cristianos.
También se habló de los problemas de las familias, de las personas desesperadas sin perspectivas de futuro y de la lejanía de Dios así como de la violencia o el fundamentalismo basados en la religión. Los textos también se pronunciaron contra el aborto y la eutanasia.
La Cruz fue entregada como siempre de una persona a otra en las 14 estaciones. Este año la llevaron entre otros un cardenal, una familia india, seminaristas chinos, una persona con capacidades diferentes, jóvenes brasileños y monjas de África.
El papa, también obispo de Roma, suele dirigirse a la masa de fieles, peregrinos y turistas poco antes del fin de la ceremonia. Francisco dijo en su breve discurso que la palabra de la cruz es también la respuesta de los cristianos al mal, que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor.
"Los cristianos deben responder al mal con el bien, cargando sobre sí la cruz, como hizo Jesús", dijo. "Continuemos este Vía Crucis en la vida cotidiana", agregó.
El Vía Crucis marca el momento culminante del fin de la Semana Santa. El sábado sigue la ceremonia de la noche de Pascua en la Básilica de San Pedro y el domingo la Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. A continuación, el nuevo papa Francisco emitirá su mensaje pascual e impartirá la bendición "urbi et orbi".
Previamente, el papa Francisco ofició hoy la misa que conmemora la Pasión de Cristo antes de presidir el primer Via Crucis (Camino de la Cruz) de su pontificado.
Al inicio de la liturgia, que comenzó a las 17 horas locales, Francisco ingresó en la Basílica de San Pedro y se postró ante el altar en señal de adoración y en petición de perdón y de penitencia, en una imagen que dio la vuelta al mundo.
La recitación de la pasión, que recuerda las últimas horas de la vida de Cristo, fue cantada por tres diáconos bendecidos por el papa y acompañados por el coro de la Capilla Sixtina.
El jueves, el nuevo papa acudió a la prisión de menores Casal del Marmo en Roma, donde realizó el lavado de pies a 12 jóvenes detenidos -diez hombres y dos mujeres- y los besó, siguiendo así el ejemplo de lo que hizo Jesucristo en la última cena con sus discípulos. Dos de ellos eran musulmanes, reveló el portavoz del papa.