Centrado en orar por la paz, y destacando el pacto nuclear entre Irán y las potencias mundiales, el Papa Francisco realizó la tradicional misa de Pascua, seguida por la bendición Urbi et Orbi, durante las celebraciones de Domingo de Resurrección, realizadas hoy en medio de una intensa lluvia en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.

"Con esperanza confiamos al Señor, que es tan misericordioso, el acuerdo alcanzado estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno", sostuvo el pontífice sobre el pacto sobre el nuclear iraní.

El Papa Francisco además señaló que "pedimos paz para este mundo sometido a los traficantes de armas", y agregó que "pedimos por tantos hombres y mujeres sujetos a viejas y nuevas formas de esclavitud de parte de personas y organizaciones criminales (...) paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, tantas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía de la familia humana. Y paz pedimos para este mundo sometido a los traficantes de armas, que ganan con la sangre de hombres y de mujeres".

El pontífice también pidió por "el don de la paz para Nigeria, Sudán del Sur y para varias regiones de Sudán y de la República Democrática del Congo. Que una oración incesante salga de todos los hombres de buena voluntad para aquellos que perdieron la vida; pienso en particular en los jóvenes", asesinados el jueves pasado en una universidad en Kenia.

"El amor derrotó al odio, la vida venció la muerte, la luz expulsó las tinieblas", dijo el Papa al reflexionar sobre la Pascua en el mensaje Urbi et Orbi, y finalizó diciendo a los cerca de 150 mil fieles reunidos en El Vaticano "buena Pascua a todos, gracias por su presencia, oración y entusiasmo, en una jornada tan bella y tan fea por la lluvia".