Fue la primera imagen de destrucción que se vio por los canales de televisión a horas de ocurrido el terremoto de 2010. Eran pedazos de la cúpula de la Iglesia de la Divina Providencia, botados en medio de la Av. Providencia. Esas tomas permitieron dimensionar la fuerza del sismo y transformó al edificio de 1890 en un ícono de la tragedia en la capital.
A mediados de 2012, la iglesia obtuvo una donación de $ 200 millones de parte de la Municipalidad de Providencia para reparar el inmueble. Comenzaron las obras el mismo mes, pero, al poco tiempo de iniciarlas, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) las detuvo. Al ser Monumento Histórico, la entidad debía autorizar cada acción sobre su estructura.
Durante un mes estuvieron recopilando planos de la parroquia y haciendo un levantamiento arquitectónico. Sólo en diciembre pudieron retomar las reparaciones. Continuaron, así, con el arreglo de grietas y pintando la fachada. Ahora que era el turno de la cúpula (que permaneció tres años con un techo provisorio), los trabajos fueron detenidos nuevamente. Esto, pese a que ya estaba levantada la estructura de metal para volver a montar la cúpula, cuya altura llega a los 10 metros.
El lunes pasado, el CMN envió a la Dirección de Obras de la municipalidad un oficio en el que pedía paralizar las labores que se realizaban en la parroquia. Sucede que ésta aún no contaba con la autorización para intervenir la torre principal.
El secretario ejecutivo del CMN, Emilio de la Cerda, explica que la resolución se tomó luego de que la oficina del arquitecto Ernesto Labbé y la empresa CN S.A. -ambas a cargo de la reconstrucción- empezaran a ejecutar los trabajos sobre el campanario. "Los antecedentes presentados nos parecieron insuficientes. Hace un mes pedimos un levantamiento arquitectónico, un análisis histórico de la geometría de esa estructura y una propuesta integral de intervención, y no nos llegó. Por eso no hemos entregado los permisos", cuenta De la Cerda.
La empresa constructora alcanzó a levantar una estructura metálica a 18 metros de altura, a la cual irán adosados los andamios que permitirán a los trabajadores construir una nueva base de fierro -con características antisísmicas-, que luego será revestida con concreto. Exactamente igual a la original.
Centenaria
La parroquia fue encargada por las religiosas de la Divina Providencia al arquitecto Eduardo Provasoli, entre 1881 y 1890. Estas vivían ahí en lo que era la chacra Lo Chacón, donde tenían a su cargo un asilo.
El inmueble tuvo un envejecimiento convencional, hasta que el terremoto de 1985 provocó fisuras en los ladrillos y hubo que reforzarla con hormigón. Fue la misma oficina de Ernesto Labbé la que reparó el templo en esa oportunidad.
El profesional indica que aún no ha sido informado de la reciente medida adoptada por el Consejo de Monumentos: "Es un inconveniente para nosotros, porque encarece los trabajos el hecho de que se paren las obras", explica.
Según el cronograma, la reposición de la estructura sobre el campanario sólo debería durar tres meses, a partir del momento en que se autorice retomar los trabajos.
La Municipalidad de Providencia informó, en tanto, que realizará una investigación para determinar las razones por las que se permitió iniciar las obras sin los permisos.
Todas las refacciones a las que ha sido sometida la iglesia han sido supervisadas por el Arzobispado de Santiago. Patricia Silva, profesional a cargo del departamento de Arquitectura y Construcción de esa entidad, indica que los permisos se debieron haber pedido. "Hemos hecho hincapié en la necesidad de esa aprobación. Paralizar esto redunda en un costo muy alto. Si no hubiera pasado eso, quizás ya habríamos terminado la construcción", asegura.