Esteban Paredes tomó el balón sabiendo que podía meter de lleno a Colo Colo en la lucha por el título. Su equipo vencía por 2-1 y sólo restaban 10 minutos para el final. Su intención de ajustar al ángulo provocó un fallo que nadie esperaba. Ni siquiera Pizzi, quien confirmó su nominación a mitad de semana. El tiro se fue fuera. Tan lejos como una victoria que parecía cantada. De héroe habitual a todo lo contrario.
Paredes no lo pasó bien en San Carlos. Estuvo poco fino, y el equipo de Guede lo sintió. Falló un remate sin marca al comienzo, en plena área de Toselli. Además, no pudo cerrar de buena manera un cabezazo, a metros del portero. La efectividad que había mostrado con seis goles en los últimos cuatro encuentros no estuvo presente en Las Condes.
En su rostro se evidenciaba disconformidad. Más aún cuando fue precisamente él quien habilitó la posición de Kalinski el primer gol de la UC (de Maripán): se quedó clavado, rompió la línea del offside de su equipo y dejó sin argumentos los reclamos del Cacique.
Al final del encuentro, sus compañeros no dudaron en respaldarlo: "Tuvimos el penal de Esteban que pudo habernos dado el triunfo, pero qué le vamos a decir. Si falla uno de cien, y siempre nos ha dado goles clave. Alguna vez se tiene que equivocar", dijo Julio Barroso.
En la otra vereda, Nicolás Castillo siempre estuvo bajo la asfixiante marca de los centrales, particularmente Barroso. No estuvo acertado en los tiros libres, pero sí sentenció el empate por la misma vía en que Paredes falló: de penal. Su ímpetu lo llevó a chocar con Figueroa, y a terminar con un vendaje en la cabeza. Aún así, el renquino siguió batallando y levantando a sus compañeros. Parecía pasar intrascendente por el clásico, pero acabó como el goleador decisivo.