La alcaldía de París ha ordenado la retirada definitiva de los "candados del amor" de las 37 barandillas del Pont des Arts por la amenaza que suponen para la estructura de la pasarela las toneladas de peso de esos recuerdos.
El consistorio de la capital francesa, gobernado por la socialista Anne Hidalgo, quiere acabar con una tradición que, según indica en un comunicado, provoca "una degradación duradera del patrimonio y un riesgo para la seguridad de los visitantes, parisinos y turistas".
La retirada de esos candados comenzará este próximo lunes y durará una semana, tras la cual el puente quedará cubierto por "una intervención artística temporal inédita, realizada por artistas internacionales", antes de que en otoño paneles transparentes sustituyan esas verjas.
La alarma saltó el pasado junio, cuando se desplomó uno de esos paneles repleto de candados, que alcanzaba los 500 kilos de metal. El accidente no causó víctimas, pero devolvió a la actualidad un problema recurrente que hasta entonces el Ayuntamiento había solucionado cambiando periódicamente las vallas para aligerarlas.
La ciudad llevó a cabo en agosto una campaña de sensibilización para convencer a los visitantes de que abandonasen la práctica de simbolizar su amor colgando un candado del puente y lanzando la llave al agua.
El consistorio animó entonces a las parejas a reemplazar esos candados por "selfies" publicados en una página web específica, y al mismo tiempo puso a prueba durante seis meses la sustitución de las verjas por esos paneles transparentes.
Esa segunda operación, según la alcaldía, ha demostrado su pertinencia, razón por la cual se va a generalizar de forma definitiva para despedir una moda de origen aparentemente desconocido.
La tradición parece provenir de Europa del este y haberse popularizado a través de la novela rosa "Ho voglia di te" (Tengo ganas de ti), del italiano Federico Moccia, cuyos personajes colocaban un cerrojo en el "Ponte Milvio" de Roma.