Con un minuto de silencio para rememorar a las víctimas, el músico británico Sting dio inicio ayer por la noche a una de las conmemoraciones más simbólicas en el primer aniversario de los atentados yihadistas que el 13 de noviembre pasado sacudieron a la capital francesa.
El ex líder de The Police fue el protagonista de la reapertura de la sala Bataclán, donde hace un año 90 personas murieron asesinadas por miembros del grupo extremista "Estado Islámico". Esa noche, 130 personas perdieron también la vida en ataques simultáneos en distintos locales del Boulevard Voltaire. "Esta noche, tenemos que conciliar dos deberes: primero, recordar a quienes perdieron la vida en el ataque y también celebrar la vida, la música, en este lugar histórico", dijo el músico en francés antes del inicio del homenaje. En la sala, con una capacidad de 1.500 plazas, se reunieron sobrevivientes y familiares de las víctimas.
En representación del gobierno francés estuvo la ministra de Cultura, Audrey Azoulay, que dijo a la prensa que la Bataclán iba a ser "la mayor sala de espectáculos de Francia y, tal vez, del mundo", e insistió en lo "importante" que resultaba que la vida volviera a la normalidad. El millar de entradas que salieron a la venta el martes se agotaron en menos de media hora. Las últimas se repartieron el viernes y todos los beneficios serán entregados a las asociaciones de víctimas.
Antes de acceder, los espectadores tuvieron que pasar hasta cuatro controles de seguridad, y en el exterior del edificio decenas de policías armados impedían a los curiosos acercarse a la sala de espectáculos. Es la tónica que se dará durante todo el fin de semana, en el marco de los homenajes. Hoy, el Presidente francés , François Hollande, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, revelarán placas conmemorativas ubicadas en seis lugares afectados por los comandos de "Estado Islámico", incluido la misma sala Bataclán. La conmemoración del primer aniversario de estos atentados comenzó el viernes por la noche en el estadio de Saint-Denis, donde los 80.000 espectadores guardaron un minuto de silencio antes de un partido Francia-Suecia de clasificación para el Mundial de Fútbol 2018. El aniversario se da en un momento de fuerte división política en el país europeo, que tiene la vista puesta en las elecciones presidenciales y legislativas del próximo año.