Los parlamentarios británicos acordaron congelar su sueldo anual de 65.738 libras esterlinas (unos 107.000 dólares), tras un pedido expreso del gobierno para reducir el enorme déficit fiscal en el país.
Los legisladores dieron marcha atrás a la idea de un aumento salarial de un 1% anual.
El jefe de la Cámara de los Comunes, George Young, afirmó antes de la medida que los parlamentarios deben estar "a tono" con la situación del país, o por el contrario aislarse y arriesgarse ser blanco del odio popular.
La decisión enfureció a algunos diputados, que consideran ganan demasiado poco para la cantidad de horas de trabajo.
La medida hará que los parlamentarios enfrenten la misma situación que la mayoría de los trabajadores del sector público en Gran Bretaña, quienes verán congelados sus salarios para los próximos dos años.