La mayoría independentista del parlamento catalán desobedeció este miércoles al Tribunal Constitucional aprobando un texto que defiende "desconectar" de España como único horizonte para la región y pone las bases para redactar la constitución de la hipotética Cataluña independiente.
La votación generó una fuerte tensión en la cámara catalana en Barcelona y en ella no participó gran parte de la oposición que reprochó a los independentistas atentar contra la democracia y situar el parlamento regional fuera de la ley.
Días antes, el Tribunal Constitucional había advertido que tramitar este texto era ilegal y pidió al parlamento regional paralizarlo. Ahora, este órgano podría emprender acciones contra los diputados independentistas o la propia cámara.
El texto defiende que "la única manera posible" para que los catalanes decidan su futuro es "por la vía de la desconexión" de España y aunque no tendrá efectos prácticos, supone el primer paso del plan de secesión emprendido por el gobierno regional presidido por Carles Puigdemont.
Este prevé la desobediencia de las instituciones españolas, la redacción por parte del parlamento regional de una constitución y su ratificación en un referéndum. Si fuera aprobada, los independentistas declararían el nacimiento de la república catalana.
Para la líder de la oposición Inés Arrimadas, del partido centrista Ciudadanos, es un "golpe a la democracia".
"No tienen derecho a situar este parlamento fuera de la ley", dijo por su parte el socialista Miquel Iceta, mientras que Xavier García Albiol, del partido conservador del jefe de gobierno español Mariano Rajoy, advirtió que su desobediencia "no les va a salir gratis".
Los independentistas legitiman sus acciones en los resultados de las elecciones regionales de septiembre de 2015, planteadas como un plebiscito sobre la secesión de esta rica región tras años de negativas del gobierno español a permitir un referéndum de autodeterminación.
La coalición de izquierda y derecha Juntos por el Sí, ahora en el gobierno regional, y la izquierda anticapitalista CUP consiguieron una mayoría absoluta y, pese a no superar el 48% de los votos, pactaron iniciar un proceso para construir un país independiente.
El pacto se rompió a principios de junio cuando la CUP rechazó aprobar los presupuestos del gobierno de Puigdemont, que en septiembre deberá someterse a una moción de confianza. El texto aprobado este martes permite un acercamiento a los anticapitalistas, partidarios de desobedecer abiertamente a Madrid.