El Parlamento escocés realizó una votación que reclama a Londres una convocatoria de un nuevo referéndum de independencia y fue aprobada por 69 votos contra 59.
La consulta fue pedida por la gobernadora Nicola Sturgeon, quien argumenta que los escoceses deben decidir su propio futuro ahora que Gran Bretaña ha decidido salirse de la Unión Europea.
Y es que precisamente mañana la premier británica, Theresa May, activará el Artículo 50 del Tratado de Lisboa para iniciar formalmente el proceso de ruptura que da pie a dos años de negociación con el resto de la comunidad europea.
"El futuro de Escocia debe recaer en manos de los escoceses" dijo Sturgeon en el Parlamento.
A falta de una Constitución escrita que lo prohíba, a May no le queda prácticamente otra opción que tratar de retrasar el referéndum lo máximo posible para que no coincida con los dos años de negociación.
La jefa de gobierno británico viajó ayer a Escocia para reunirse con Sturgeon en un último intento para acercar las posiciones, pero no resultó.
"Mi posición es muy simple y no ha cambiado", dijo May en una entrevista con la agencia británica Press Association. "Y es que ahora no es el momento de hablar de un segundo referéndum de independencia", añadió.
En el referéndum de 2014, la permanencia en el Reino Unido se impuso por 55% a 45%.
Sturgeon quiere que la nueva votación se realice a fines de 2018 o principios de 2019, período en que el gobierno británico ya estaría finalizando sus negociaciones con la Unión Europea.