Un parlamento mucho más fragmentado es el que resulta de las elecciones generales celebradas este domingo en España. Los resultados dan entrada en el parlamento a trece partidos, tres más que en la anterior legislatura.
Los partidos nuevos en el hemiciclo son Amaiur -con el que vuelven a Madrid los independentistas vascos tras 15 años de ausencia-, los ecologistas de Compromís-Equo y el Foro Asturias de Francisco Álvarez-Cascos, un disidente del PP, aunque los dos últimos solo obtienen un escaño cada uno e irán al grupo mixto.
Los resultados también garantizan que al menos seis tengan grupo parlamentario propio en la cámara baja, lo cual les permite contar con más recursos económicos y técnicos en la Cámara, independencia a la hora de gestionar sus iniciativas, más tiempo en las intervenciones en los plenos y representación en los órganos de dirección del Congreso.
Además de los dos grandes, Partido Popular (vencedor con mayoría absoluta) y PSOE, tendrán su propio grupo la formación Izquierda Unida, los nacionalistas catalanes de CiU, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y Amaiur, la coalición de la izquierda independentista vasca, que irrumpe con fuerza en Madrid.
Con el 99 por ciento de los sufragios escrutados, PP, PSOE, IU, CiU, PNV, y Amaiur cumplen estos requisitos, pero el centrista Unión Progreso y Democracia (UPyD), a pesar de lograr cinco escaños, se quedó a unas décimas del porcentaje mínimo de votos, ya que obtuvo el 4,73 por ciento del total.
No obstante, en las diferentes legislaturas, los requisitos para formar grupo han sido interpretados con mayor o menor flexibilidad, por lo que no se descarta que finalmente UPyD lo consiga.
El PP obtuvo 186 diputados, el mejor resultado de su historia, seguido del PSOE, con 110 escaños, su peor derrota de la democracia.
Les siguen CiU con 16 escaños, IU con 11, Amaiur con 7, y el PNV y UPyD con cinco cada uno.
El sistema electoral español favorece a los grandes partidos así como a los partidos de ámbito regional con el voto concentrado en unas pocas provincias, en detrimento de los partidos menores pero de ámbito nacional.
Este es el caso de Izquierda Unida y UPyD, que con porcentajes de votos superiores a los nacionalistas obtuvieron menos escaños.