La Cámara baja del Parlamento italiano aprobó hoy un paquete de reformas constitucionales propuestas por el primer ministro, Matteo Renzi, pese a la resistencia en sus propias filas y del líder de la oposición, Silvio Berlusconi.
Las reformas apuntan a convertir la Cámara alta, el Senado, en una asamblea no elegida con poderes limitados, y devolver al gobierno central competencias que se habían entregado a organismos regionales.
La Cámara de Diputados aprobó el paquete por 357 votos frente a 125, siete meses después de su aprobación en el Senado. Antes de entrar en vigor, los cambios tendrán que se ser aprobados en una segunda votación en las dos cámaras del Parlamento y sometidos a referéndum si el apoyo recibido no alcanza una mayoría de dos tercios.
El gobernante Partido Demócrata (PD) de centro izquierda pretende completar el proceso hasta mediados de 2016.
Renzi alega que los cambios se necesitan para dar al país un gobierno más estable y efectivo. En un tuit, celebró la aprobación alegando que Italia está en camino de convertirse en un país "más simple y justo".
Los críticos, entre ellos el movimiento antisistema Cinco Estrellas de Beppe Grillo, alegan que las reformas centralizan demasiado poder en manos del ejecutivo.
Forza Italia, de Berlusconi, respaldaba inicialmente las reformas como parte de un acuerdo bilateral con Renzi, pero se volvió en contra cuando el primer ministro ignoró una petición de acordar un candidato conjunto a la presidencia italiana, que finalmente ha sido ocupada por Sergio Mattarella.