Que el Acuerdo de París, para bajar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), haya entrado en vigencia el viernes, no quiere decir que el proceso de discusión internacional se acabó, al contrario, está recién comenzando. La COP22 -que se inaugura hoy en Marrakech, Marruecos-, albergará por dos semanas, la primera reunión para determinar los detalles del protocolo que pretende frenar el crecimiento de las emisiones.
Al encuentro lo precede el éxito que significó la rápida ratificación: hoy 97 países son partes oficiales del acuerdo. Pero también el peso de saber que no será suficiente. Un reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló el jueves que, aun cumpliendo con las propuestas que cada país envió a la ONU, no podrán frenar la cantidad de CO2 emitido a la atmósfera y hacia 2030 se alcanzarán entre 54 y 56 gigatoneladas de dióxido de carbono. El límite para no sobrepasar los 2 °C de aumento en la temperatura del planeta es de 42 gigatoneladas.
Según el cálculo del PNUMA, con las emisiones previstas para 2030, aun en el caso de que se implementen plenamente los compromisos de París, el aumento de las temperaturas será entre 2,9 °C y 3,4 °C durante este siglo. Mucho más de los 2 °C -sobre los niveles preindustriales- que los científicos aconsejan limitar, pues con ello se reducirá la probabilidad de que se registren tormentas más intensas, sequías más prolongadas y el alza del nivel del mar, entre otros efectos climáticos. Aunque de todas maneras se producirían en menor grado.
"Si no empezamos a tomar medidas adicionales hoy mismo, comenzando por la próxima reunión sobre el clima que se celebrará en Marrakech, habremos de lamentar una tragedia humana que es evitable. El creciente número de refugiados climáticos afectados por el hambre, la pobreza, la enfermedad y el conflicto constituirá un constante recordatorio de nuestro fracaso. La ciencia nos indica que debemos avanzar mucho más rápido", dijo Erik Solheim, director ejecutivo del PNUMA.
Tener promesas más ambiciosas de recorte de emisiones es, por lo tanto, uno de los temas que abordará la reunión. Pero también la escritura de las reglas del acuerdo. Es necesario decidir cómo será la rendición de cuentas que los países harán sobre sus contribuciones y la actualización (al alza) de éstas, pues en 2018 deberán informar qué es lo que han hecho para comenzar a descarbonizar sus economías desde 2020.
Debe acordarse, además, una hoja de ruta para conseguir 100.000 millones de dólares anuales para financiar proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático para los países en desarrollo, y concretar cómo se llevará a cabo esa financiamiento y capacitación en tecnologías limpias en esos países.
También se debe perfilar el mecanismo de pérdidas y daños causados por el cambio climático, y fortalecer el diálogo con la sociedad civil que se inició en la COP20 de Lima.