La "temporada de negociaciones colectivas" de la gran minería chilena comenzó esta semana, con altas expectativas de los trabajadores. El miércoles, el sindicato de Minera Spence, liderado por Andrés Ramírez, presentó su solicitud ante Spence  entregó su primera propuesta: solicitó bonos líquidos por $15 millones ($5 millones por término de conflicto y  $10 millones por precio del cobre), más un préstamo de $1 millón, y un reajuste de 5,5% de los salarios.

Spence es la octava mayor productora de cobre del país, con 165 mil toneladas de cobre fino, según cifras de 2008. Tiene un tamaño equivalente a El Abra. Tras esta negociación viene, en el sector privado, la de Minera Escondida, cuyo contrato colectivo vence en noviembre, y la de Cerro Colorado, en enero. Esas tres empresas son de la australiana BHP Billiton.

Por el lado Codelco, en diciembre será el turno de la División Andina.

La petición a Spence está en un contexto de crisis, pero también de signos de recuperación, con un precio del metal que viene creciendo desde comienzos de año y ya se sitúa en los US$2,78 la libra, con promedio anual de casi US$2. Un escenario relevante, sobre todo cuando los trabajadores afirman que la empresa ha señalado que podría obtener este año utilidades superiores a los US$700 millones.

Si bien la negociación de Spence recién comienza, fuentes de los trabajadores de Codelco creen que generará un complicado panorama para las que siguen, ya que eleva las expectativas de los trabajadores. "Y cuando éstas no se cumplen, crecen las posibilidades de una huelga".

La propuesta de Spence representa un incremento respecto de la negociación que se cerró tres años atrás y que estuvo a dos días de una huelga. En septiembre de 2006, si bien el precio del cobre fluctuaba entre US$3,27 y US$3,6 la libra, el pedido fue menor en bonos, aunque mayor en reajuste: $2,3 millones por término de conflicto, $1,5 millón por precio del cobre y $5,1 millones de un crédito blando, mientras que el reajuste exigido fue de 7%.  Andrés Ramírez explica que la diferencia está en que en septiembre de 2006, Spence aún no comenzaba a producir -sólo en 2008 alcanzó su plenitud y tenía 400 trabajadores. Hoy en día, los trabajadores de la mina ascienden a unos 960, estando unos 560 en el sindicato. Además, el acuerdo colectivo de 2006 fue por 36 meses, mientras que ahora se busca que sea por 24, lo que implica más dinero en relación al tiempo.