Luego de que las elecciones legislativas del domingo en Austria dieran como vencedor al Partido Popular Austríaco (ÖVP), con el 31,7% de los votos, mucho se especula sobre la coalición que deberá formar Sebastian Kurz, el joven líder de ÖVP y actual ministro de Asuntos Exteriores, quien tendrá el encargo de formar gobierno. Sin embargo, todo apunta a que su aliado será la ultraderecha. Se trata del Partido de la Libertad (FPÖ), con Heinz-Christian Strache a la cabeza, que obtuvo el tercer lugar en las elecciones, con el 26% de los votos, casi rozando al resultado del Partido Socialdemócrata (SPÖ), que logró un 26,9%.

Actualmente, el canciller federal de Austria es el socialdemócrata Christian Kern, quien obtuvo el cargo como resultado del tradicional pacto que mantienen el SPÖ con el ÖVP, hace una década. Pero esta vez, la coalición que el ÖVP deberá formar se ve distinta, ya que fue el propio Kurz quien puso el punto final a este acuerdo en mayo y convocó a elecciones anticipadas. Así, se prevé en Austria un gobierno conservador y marcado por una visión propia de la ultraderecha, especialmente en materia de inmigración.

Fue el FPÖ de Strache el que proclamaba un endurecimiento de la política migratoria de Austria, en plena crisis de refugiados en 2015. Sin embargo, desde que Kurz está a la cabeza del ÖVP, éste ha ido tomando ideas similares, como reducir las ayudas sociales para los solicitantes de asilo, además de mano dura con la inmigración. En ese sentido, Kurz se fue apropiando del discurso propio de la ultraderecha, con lo que ha ganado el apoyo de ex votantes del FPÖ.

Historia del FPÖ

El FPÖ fue fundado en 1956 por Anton Reinthaller, quien era un antiguo miembro de las SS, organización paramilitar que estuvo al servicio de la Alemania nazi. Por su parte, Strache -actual líder- fue detenido en 1989 por la policía alemana, cuando un grupo de austríacos participó en una manifestación organizada por un movimiento neonazi.

Hoy, los vínculos del FPÖ con el nazismo siguen generando polémica. Fue tan solo la semana pasada cuando el partido se vio obligado a suspender a uno de sus miembros, luego de que fuera acusado de haber realizado el saludo nazi.

El resultado del FPÖ en las elecciones del domingo estuvo cerca de la histórica mayoría alcanzada por el partido en 1999, cuando obtuvo el 26,9% de los votos. Fue así como en 2000, luego de largas negociaciones, el partido -con Jörg Haider a la cabeza- logró un acuerdo para formar gobierno con el ÖVP. Sin embargo, el futuro de dicha coalición se llenó de obstáculos.

El cargo de canciller lo ocupó Wolfgang Schüssel, del ÖVP, mientras que el de vicecanciller fue para Sussane Riess-Passer, del FPÖ. Este último partido tuvo que enfrentar divisiones internas entre Haider, quien no ocupó ningún cargo ministerial, y varios ministros y parlamentarios, incluida la vicecanciller.

Además, varios Estados miembros de la UE le impusieron sanciones diplomáticas a Austria por las proclamas xenófobas de Haider. Ante esto, Austria debió convocar a elecciones anticipadas. Sin embargo, sería poco probable que esto pudiera volver a ocurrir, debido al actual contexto de ascenso de los partidos populistas y antiinmigración en varios países europeos,

Anterior a la coalición formada entre 2000 y 2005 con el ÖVP, entre 1983 y 1986 gobernó con el SPÖ.

El partido de ultraderecha también estuvo cerca de quedarse con el poder el año pasado, luego que el candidato presidencial ultranacionalista Norbert Hofer, perdiera ante el ecologista liberal Alexander Van der Bellen en segunda vuelta.

Heinz-Christian Strache ya indicó que para formar gobierno esta vez exigirá varios ministerios encabezados por miembros de su partido, como el ministerio del Interior y el de Relaciones Exteriores. Así, si la coalición entre ÖVP y el FPÖ se hiciera realidad, Austria tendería a acercarse al euroescéptico Grupo de Visegrado, formado por Hungría, Polonia, República Checa y Eslovenia, según comentó a EFE, el analista Anton Pelinka. Este grupo ha dicho que nunca aceptará el "chantaje" sobre los refugiados, al tiempo que ha asegurado que "la actual política migratoria de la UE no ha funcionado".