La educadora de párvulos Eugenia Riffo, quien está inculpada de la muerte del menor Borja López tras dejarlo sólo al interior de un vehículo por cerca de cuatro horas, habría dado la instrucción de asear su vehículo justo en los instantes en los que el niño era trasladado para recibir atención médica.
Graciela Moneta, una de las auxiliares que trabaja en el Jardín Mandarino, declaró la semana pasada ante el fiscal que sigue el caso, José Morales, entregando una versión que asegura que Riffo les dio la instrucción a ella y una compañera de limpiar su vehículo justo después de que se produjeran los hechos, en los instantes en los que el menor era trasladado a un hospital para intentar salvarle la vida.
Moneta fue, además, quien sacó la mochila del niño desde el automóvil, una vez que Riffo se había dado cuenta de que estaba olvidado. La funcionaria, sin embargo, dijo en su declaración que no recordaba el lugar exacto donde encontró la mochila.