La mayoría de pasajeros del avión secuestrado hoy en México no tuvo conciencia de lo que sucedía hasta que el avión se desplazó, ya en tierra, a una zona remota del aeropuerto de la capital mexicana, mientras el piloto les avisaba que estaban negociando con los secuestradores.
Marco Ramírez, uno de los pasajeros, dijo a la cadena Televisa que al tocar tierra la aeronave, la tripulación les informó que se estaba dando una "situación de negociación que escapaba de la aerolínea" y pidieron que niños y mujeres se trasladaran a la cola del aparato.
"Nos hablaban de que el avión lo había tomado una persona. Nos lo comunicaron por el radio", dijo, por su parte, otro de los ocupantes de la aeronave identificado como Rodrigo Padilla.
Adriana Romero, una de las primeras pasajeras en salir, explicó que apenas entendieron lo que pasaba cuando el avión fue rodeado por varios vehículos de las fuerzas de seguridad mexicanas, con efectivos que entraron a la nave y comenzaron a sacarlos.
Romero indicó que entre los pasajeros uno de los secuestradores fue identificado como "un fanático boliviano" que cargaba una Biblia.
Según las imágenes mostradas por Televisa, varios uniformados ingresaron en la aeronave después de que salió un grupo de personas que viajaban en ella y minutos más tarde sacaron a alrededor de ocho hombres esposados.
Padilla explicó que en la sala de abordaje del avión en Cancún, el destino del Caribe mexicano de donde procedía el vuelo, vio a varios hombres que se mostraron nerviosos y no paraban de moverse.
Ya en vuelo, uno de ellos se levantó varias veces para sacar cosas de los armarios superiores destinados al equipaje de mano, agregó.
"Fueron momentos muy difíciles, de mucha impresión, de mucho susto", indicó, a su vez, Rocío García, otra pasajera.
García también hizo referencia a un hombre como posible secuestrador o cabeza del secuestro. "Era una persona de cuerpo robusto, morena, bien vestida".
El avión, un Boeing 737 que cubría el vuelo 576 de la compañía Aeroméxico, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México a primera hora de la tarde y mantuvo en vilo a la población durante una hora, aproximadamente, que fue el tiempo que duró el secuestro.