Los pasajeros a bordo del vuelo que ayer recorría el trayecto entre Nueva York a Las Vegas notaron inicialmente algo raro, cuando el piloto salió de la cabina, no cerró la puerta y trató de entrar a la fuerza a un baño ocupado.

Los otros tripulantes del vuelo de la compañía Jet Blue trataron de calmar al capitán, que se veí­a cada vez más alterado, llevándole hacia la parte trasera del avión para asegurarse, por encima de todo, de que no regresara cerca de los controles.

Entonces, el piloto se echó a correr por el pasillo, hablando sobre una bomba y gritando: "¡Nos van a derribar!". Instó también a los pasajeros a orar. "Nadie sabí­a qué hacer, porque él es el capitán del avión", dijo Don Davis, un pasajero que viajaba a Las Vegas para una conferencia de seguridad. "Uno no se levanta simplemente y ataca al capitán", dijo.

Pero cuatro hombres derribaron al piloto, usando extensiones de cinturones de seguridad y esposas plásticas para maniatarlo en el suelo durante más de 20 minutos, mientras el copiloto y un piloto fuera de turno aterrizaban el aparato en Amarillo, Texas.

El director ejecutivo de Jet Blue, Dave Barger, le dijo a la NBC que el capitán es un "profesional consumado" a quien ha "conocido personalmente" durante años. No existe nada en el historial del piloto que indicara que iba a ser un riesgo, dijo Barger en la entrevista hoy en el programa "Today".

"Claramente, él tuvo un descalabro mental o emocional", dijo Tony Antolino, un ejecutivo de seguridad que estaba sentado en la fila 10 y que fue uno de los pasajeros que derribó al piloto cuando éste trató de regresar a la cabina. "El se volvió casi delirante", dijo Antolino tras llegar a Las Vegas unas seis horas más tarde de lo planeado.

Josh Redick, que estaba sentado cerca del medio del avión, dijo que el capitán parecí­a "furioso" y estaba "despotricando sobre Afganistán y las almas y Al Qaeda".

La aerolí­nea calificó el incidente de una "situación médica" con el capitán del vuelo 191 desde el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Funcionarios de Jet Blue dijeron que el piloto fue llevado a un hospital.

"Fue una situación de miedo", dijo Charlie Restivo, otro de los pasajeros. "Fue como una pelí­cula, de verdad. No parecí­a real".

El incidente se produjo semanas después de que una azafata de American Airlines fue sacada de un avión por divagar alteradamente sobre el 11 de septiembre y sus temores de que la aeronave iba a estrellarse.

Un experto de aviación dijo que solamente podí­a recordar dos o tres casos en 40 años en los que un piloto hubiese tenido un exabrupto semejante durante un vuelo.