Con el deseo de demostrar que la belleza nunca se marchita, Lina Cantillo viajó a través del ciclo de la vida con modelos de casi todas las edades, incluso algunas de ellas embarazadas, en el segundo día de Colombiamoda, que también evocó el romanticismo en el aire y se divirtió en carruseles de feria.

En un ambiente con luces cálidas, centenares de enormes hojas de plantas exóticas cubrían los pies de los asistentes, muchos de ellos sentados en rústicas sillas de colores vivos y rodeados de frondosas palmeras, mientras los sonidos de animales salvajes inundaban el recinto cada vez con mayor intensidad.

Así trasladó con su desfile la diseñadora colombiana Lina Cantillo al origen de la vida, a la naturaleza primaria, lejos de esa supuesta civilización que desecha la madurez en busca de una eterna y efímera juventud, para demostrar que la belleza está precisamente en ese ciclo en el que todos viajamos irremediablemente.

Habitual de la moda masculina, Cantillo apostó esta vez por apenas cinco hombres y una treintena de mujeres de todas las edades, desde niñas de no más de cinco años a mujeres en la madurez de su vida, e incluso con algunas modelos embarazadas, en un desfile en colaboración con la marca Natura.

NATURA
"Quiero explicarles a todos lo que es Natura, lo que es el ciclo de la vida, desde que estamos en el vientre y nuestra mamá nos acaricia, hasta que nacemos, crecemos, maduramos, vivimos y somos felices. Creo en ese ciclo, y que todas las mujeres de todas las edades son bonitas", explicó la Cantillo a los medios.

Con una colección repleta de prendas ligeras, en la que destacaron las sedas y los tejidos fluidos, así como los materiales nobles, algodones orgánicos y satinados, y el punto con fibra de lycra, sus propuestas derrocharon sencillez y delicadeza.

Camisetas, vestidos y pantalones vaporosos, con caída y tonos básicos se acompañaron de elementos trenzados, estampados de vivos colores, transparencias y cuerdas que en forma de telerañas pendían por todo el cuerpo.

PEPA POMBO

Y si bien Cantillo bajó a la tierra para unirse con ella, la firma Pepa Pombo alzó a su mujer hasta lo más alto, volando hasta las nubes para encontrar allí el romanticismo en el aire, y aterrizando con un avión desde el que las musas descendían a la pasarela, convertida en pista de aterrizaje para la ocasión.

"Love was in the air" fue la premisa con la que Mónica Holguín, diseñadora de la marca, propuso formas fluidas que se contraponen a caídas sutiles, volúmenes impactantes en mangas bombachas y juegos de proporciones, dobleces y texturas pesadas que vuelan al mismo tiempo con cinturas marcadas.

"Es una colección muy femenina, inspirada en una mujer muy viajera y versátil, muy suave y femenina", detalló Holguín.

Con suaves tonalidades en gris claro, azul rey, turquesa, trigo, oliva, beige, nácar y oro viejo, destacaron prendas como blusas, shorts, batas y chaquetas en terciopelo invertido, que incluían elementos como trenzas, tablones, dobleces y boleros.

Especialmente impactantes fueron las texturas fruto de la experimentación que simulan origami (arte de origen japonés del plegado del papel), dando un movimiento especial a las prendas.

Pero el verdadero movimiento llegó a la pasarela colombiana con las propuestas de baño de la firma Agua Bendita-Go Round, que subió a su mujer en un carrusel de feria para recuperar la diversión infantil.

Una regresión en las que los trajes de baño pasaron por la sofisticación y el glamour, para luego recordar la alegría juvenil con colores rosáceos y coquetos, y finalmente recuperar el instinto animal y tribal, representado en los animales de safari de esa atracción imprescindible en toda niñez, que el paso del ciclo de la vida no debe hacernos enterrar, sino más bien todo lo contrario.