El atraso de dos a tres años en la puesta en marcha de su proyecto de oro y plata Pascua Lama no es la única complicación que enfrenta la canadiense Barrick Gold.
La paralización de las obras de prestripping (movimiento de tierra para la apertura del rajo), dictada por el Sernageomin, en octubre del año pasado; sumada a la suspensión de la construcción, por parte de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) en mayo; y la resolución de la Corte de Apelaciones de Copiapó, que acogió un recurso de comunidades indígenas, derivaron en que la canadiense no pueda activar el contrato de suministro eléctrico por 120 MW (alrededor de US$ 70 millones anuales) que suscribió en junio de 2010 con la eléctrica Guacolda, controlada por AES Gener, Copec y el grupo Von Appen.
Dicho contrato empezaba a regir en 2013, en línea con el inicio de operaciones de la iniciativa, que en ese entonces se contemplaba para los primeros meses del presente año.
Fuentes del sector comentaron que los ejecutivos de la minera iniciaron hace cuatro meses conversaciones con la generadora para asegurar el contrato.
"El plan es tratar de mantener vigente el contrato para cuando el proyecto entre en marcha, lo que se estima para la mitad de 2016", comentaron las fuentes.
Además de asegurar el suministro de la operación -cuya inversión es superior a US$ 8.500 millones- se buscaría mantener los precios pactados hace tres años. En caso de que no prosperen las conversaciones, el caso podría activar un sistema de arbitraje, como el que enfrentan otras mineras con eléctricas, entre ellas Codelco y E-CL.
Según las fuentes, Barrick argumentaría que el retraso de su proyecto no ha generado perjuicios financieros para Guacolda, ya que está vendiendo la energía a costo marginal, con precios mucho más altos que los pactados con Pascua Lama. Durante este año, el costo marginal -precio al cual las empresas compran la energía- promedia US$ 164,8 por MW/hora (al 17 de octubre).
OTROS CONTRATOS
Pascua Lama también cuenta con energía de respaldo: una unidad de petróleo pesado de 18 MW y el parque eólico Punta Colorada, que aporta 36 MW.
La firma desarrolla actualmente su plan de manejo de aguas, obra esencial para retomar las obras de construcción.