Vuelan miles de kilómetros entre Chile y Ecuador siguiendo la corriente de Humboldt y es en los imponentes acantilados de La Quirilluca, entre Maitencillo y Horcón, V Región, donde los piqueros -aves pelágicas de alta mar que alcanzan hasta 100 km/h al cazar- anidan y crían a unos cinco mil polluelos.

Colgados de laderas a 60 y 80 metros de altura, los nidos son instalados en octubre y hasta mayo las crías se preparan para volar. Este verano, por primera vez, es posible avistar desde el mar tal espectáculo con la embarcación de la Organización de Base Comunitaria Chinchimén de Maitencillo, agrupación que trabaja en la conservación de aves, chungungos (nutrias de mar) y fauna marina de la Zona Prioritaria para la Conservación de la Biodiversidad, que constituyen los seis kilómetros de acantilados de La Quirilluca.

"El objetivo es observar desde el mar esta riquísima zona y sobre todo las nidificaciones de piqueros que ocurren sólo en esta época. Si el mar acompaña, se puede hacer desembarco y picnic o avistamiento desde la misma embarcación", cuenta Antonio Valenzuela, capitán de la nave.

Esta travesía marina se extiende por una hora, donde los pasajeros -hasta cinco por viaje- gozan de una vista panorámica del balneario. El paseo se reservan a través de info@chinchimen.org.