El Centro Nacional de Prevención de Desastres informó que al menos ocho personas han muerto por el paso del tifón Nesat por Filipinas, y que cientos de miles de personas han debido abandonar sus hogares por las fuertes lluvias e inundaciones.

El tifón, bautizado por los filipinos como "Pedring", penetró en el país con vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 170 kilómetros por hora, según el servicio filipino de meteorología (Pagasa).

"Este tifón es muy ancho, de unos 650 kilómetros, y cubre la mayor parte de Luzón", afirmó el secretario de Ciencias, Graciano Yumul.

El fenómeno ha dejado a más de 1,9 millones de hogares sin electricidad en todo el país y ha generado grandes destrozos en la agricultura, aunque las estimaciones de los daños empezarán a conocerse los próximos días cuando la situación tienda a normalizarse.

Según el servicio de meteorología, el tifón se alejará por el Mar de China Meridional mañana miércoles.

Entre 15 a 20 tifones llegan a Filipinas cada año durante la estación lluviosa que, por lo general, comienza en mayo y concluye en noviembre. El último tifón que afectó al país, Nanmadol, causó un balance de 35 muertos y más de 400.000 personas afectadas.