Desde el cuatro de abril pasado, en el Sifup el ambiente está enrarecido. En una oficina, la actual dirigencia trabaja para coordinar los proyectos, planificar negociaciones con la ANFP y revisar la ayuda que algún afiliado podría necesitar. En otra, justo al lado, Julio Pastén y Carlos Soto (extesorero y ex presidente del sindicato, respectivamente) revisan boletas, facturas y cualquier apunte que les sirva para justificar el gasto de los más de $130 millones que no aparecen.
Ha sido un trabajo arduo, cuentan desde el Sifup. Tanto, que aún no concluye. Los cuatro feriados que tuvo abril, además del 1 de mayo, fueron motivo para que los implicados en el caso pidieran una prórroga para entregar los documentos que podrían explicar todo el desorden que tiene a ambos cuestionados, según cuentan desde el Sifup.
De esta forma, para el miércoles quedó fijado el plazo final en que los ex dirigentes entregarán los documentos al auditor Andrés García, de Ecovis Chile, quien deberá analizarlos para explicar si responden o no a todo el dinero injustificado.