Podría parecer un asunto menor, pero se trata de un debate de varios años y las opiniones suelen ser diversas: ¿hacia dónde debe colgar el papel higiénico? ¿en dirección al usuario o pegado a la pared?
En 2010, en EE.UU. se realizó una encuesta con 500 mil participantes, donde un 72% afirmaba preferir el papel por encima, y el resto por debajo. Un perfil sicológico menciona que los primeros son responsables, líderes y organizados, mientras que los segundos serían relajados, dependientes y aficionados al arte.
El "problema", popularizado en la era de Internet, tiene su propio meme, infografías científicas e incluso una extensa página en Wikipedia, sin que la duda existencial quede resuelta satisfactoriamente.
Los argumentos son varios: si cuelga hacia la pared, evitaremos su destrozo por parte de un gato o un niño, se verá más ordenado y el extremo suelto está oculto de la vista. Al contrario, si cuelga hacia el usuario es más cómodo, la sección de corte queda expuesta, es menos posible que se transmitan gérmenes, si el papel tiene algún dibujo éste se ve mejor y en los hoteles, se usa una etiqueta distintiva para demostrar que la habitación ha sido ordenada.
Dispuestos los argumentos, sólo nos queda remitirnos a la patente original del producto por Seth Wheeler en la Albany Perforated Wrapping Paper Company. El papel había sido patentado en 1871, pero solo 20 años después se le dió el aspecto que hoy conocemos, y así lo demuestra una imagen donde se aprecia cómo la hoja de papel aparece sobre el rollo y no por debajo, cerrando la polémica.
"Mi invención consiste en un rollo de papel de envolver con perforaciones en la línea de la división entre una hoja y la siguiente, de modo que pueda ser fácilmente desgarrado", dice en la patente, que no habla de papel de hoja simple o doble hoja.
Fuente: Consumerist