Fue a comienzos de la década de 1990, y sobre la base de un tipo especial de lombrices, que el hoy fallecido José Tohá Castellá, profesor de biofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, creó un sistema de filtrado y limpieza del agua, denominado "Sistema Tohá".
Lo que el académico probablemente no imaginó entonces, es que, casi 20 años después, este mecanismo sería objeto de una disputa legal, que involucraría los derechos de propiedad de su invención biotecnológica. Una disputa que mantendría enfrentadas a la Fundación para la Transferencia Tecnológica (Untec), creada por la Universidad de Chile para promover y proteger el trabajo vinculado a la tecnología, y una empresa privada llamada Biofiltro.
Actualmente se tramita en el 18° Juzgado Civil de Santiago una causa iniciada a raíz de una demanda interpuesta en octubre por la Untec en contra de Biofiltro y otras dos empresas (AVF y Aquavita), por una supuesta infracción a los derechos de patente industrial del "Sistema Tohá".
Roberto Corvalán, secretario ejecutivo de Untec, afirma que el concepto central del "Sistema Tohá", entendido como método de descontaminación de aguas servidas y residuos industriales, es su principio orgánico.
"El proceso original de filtrado, que con el tiempo ha variado en detalles, involucra soportes de aserrín y piedras y una capa de humus, en la cual habitan lombrices de la especie Eisenia Foetida, que son las que digieren la materia orgánica y dejan el agua libre de contaminación. Así, ésta puede ser utilizada para el regadío o ser vertida nuevamente, sin problemas, en cualquier curso de agua", detalla.
En la gerencia de Biofiltro, empresa creada en 2010, sostienen que el argumento de su contraparte no tiene fundamento y que ellos utilizan un método propio y legal de filtrado llamado "Sistema Bida".
Su gerente comercial, Rafael Concha, dice que "ambos son métodos absolutamente distintos. Nosotros tenemos nuestras patentes certificadas en Estados Unidos, Nueva Zelandia, Australia y la Unión Europea, con más de 100 plantas funcionando. Lo único que tienen de parecido es que los dos usan lombrices para procesar materia orgánica, pero eso existe hace miles de años. El Sistema Bida lo generamos nosotros".
Biofiltro, de hecho, ha ganado varios premios en diferentes ferias tecnológicas, entre ellos el CleanTech Open 2011, en Silicon Valley, Estados Unidos.
Controversia
La patente número 40754 del "Sistema Tohá" fue conferida a la Untec mediante una resolución dictada en octubre de 2000 por el entonces Departamento de Propiedad Industrial.
Roberto Corvalán asegura que "nosotros entregamos autorizaciones para utilizar nuestro método, a cambio de una especie de royalty. Pero un ingeniero que hace años trabajó de manera periférica en el proyecto original, Alex Villagra, fue quien después se asoció con otras personas en las tres empresas demandadas. Y ellos, desde antes de 2010, se apropiaron de nuestro invento y lo utilizan en forma comercial".
En 2011, el académico de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias, Enrique Tirapegui, incluso increpó públicamente a Matías Sjogren, gerente general de Biofiltro, en una conferencia en la Universidad Mayor. "Lo que hay aquí es un uso fraudulento de tecnología descubierta en el laboratorio del profesor José Tohá", asegura el científico.
Rafael Concha, de Biofiltro, tiene una versión contrapuesta. "El Sistema Tohá es una patente súper específica. Nosotros usamos floras microbacterianas y otras materialidades. No utilizamos aserrín ni rayos UV en el final del proceso. Actualmente estamos ejecutando cerca de 10 proyectos simultáneos y tenemos nuevos contratos en Perú y Colombia. Lo que hace Untec nos perjudica", recalca.