Patricio Abusleme: "Soy ufólogo"
#CosasDeLaVida "Algunos como yo pensamos que la ufología se está muriendo. Los clásicos investigadores están viejos, las publicaciones parecen estar de capa caída y, además, ya no hay tantos casos importantes".
"La ufología es, tal como dice la RAE, 'el estudio de los fenómenos asociados a los ovnis'. Entre los aficionados hay discusión sobre si es ciencia o seudociencia, pero yo creo que es simplemente una disciplina -de hecho, una indisciplina- de recopilación sobre cuando alguien reporta un avistamiento. Eso significa que más bien lidias con testigos que vieron cosas, y si tienes suerte, con los registros o videos que hicieron.
Muchas veces los avistamientos son cosas convencionales, aviones, estrellas que en su momento no pudieron ser identificadas. Pero también hay encuentros cercanos, aterrizajes o incluso entidades. Esos son los más interesantes y los más raros. Yo nunca he avistado nada, me encantaría, pero no he tenido esa suerte.
Me empecé a interesar cuando tenía 10, 11 años. Íbamos con algunos amigos a la biblioteca del colegio y había unos libros de editorial Planeta con muchas fotos: Los visitantes y Terror en la Luna, los de J.J. Benítez, un escritor español, el mismo de la saga El caballo de Troya y mi 'padre ufológico'. Después en una librería encontré 100.000 kilómetros tras los ovnis, del mismo autor. Ya en la universidad descubrí en la galería Veneto en Providencia, cerca de las Torres de Tajamar, un montón de textos antiguos de la época dorada de la ufología -entre los 60 y 70- denominados los 'incunables' y compré muchos clásicos. Desde entonces debo haber leído unos 100 libros sólo del tema ovni.
Mientras estudiaba Periodismo en la UC me vinculé con la comunidad ufológica. Para uno de los primeros trabajos entrevisté a varios ufólogos y uno me contó que hacían reuniones en un museo en Vicuña Mackenna los sábados; fui y conocí a algunas personas con las que tengo contacto hasta hoy. Sin embargo, el estado de la investigación de ovnis en Chile es paupérrimo. Los que estudian el tema realmente son pocos. Hay mucho chantita dando vueltas, gente que se mete a ver la información basura que circula en las redes sociales, saca conclusiones, y hablan de los illuminati, los reptilianos. Ideas demasiado tiradas de las mechas.
Empecé a juntar mis lecturas con investigación presencial cuando me puse a tratar de entender el episodio ovni más célebre de Chile: el caso del cabo Valdés, en 1977. Ocho militares que tuvieron un encuentro en el sector de Lluscuma, cerca de Putre. Uno de ellos, Armando Valdés, desapareció por cerca de 15 minutos y cuando volvió, tenía barba. Localicé a todos los que estaban ese día, los entrevisté y viajé dos veces al lugar, una de ellas con el propio Valdés. Fueron ocho años de trabajo que plasmé en el libro La noche de los centinelas, que reedité este año con dos capítulos adicionales y está en Amazon.
Me encantaría que este fuera mi trabajo pero cuando hice el libro era soltero y tenía una pega de medio tiempo. Ahora estoy casado, con dos hijos, y tengo que pagar cuentas, así es que por el momento es imposible.
En la medida en que fui conociendo más autores e investigando, me alejé de la posición de J.J. Benítez. Él dice que los ovnis son astronaves extraterrestres. Lo respeto porque ha estudiado y entrevistado a numerosos testigos, pero mi postura es más parecida a la de Jacques Vallée, un astrónomo francés que se fue a vivir a Estados Unidos en los 60, estudió ciencias de la computación y ganó plata en Silicon Valley. En 1969 publicó Pasaporte a Magonia, el libro más influyente de la historia en este tema porque es la primera vez que alguien desde dentro de la disciplina cuestionó la hipótesis extraterrestre. Él planteó que a lo mejor los ovnis no vienen de otros planetas: estudió los textos antiguos, los de la Edad Media que hablan de elfos, duendes y de seres fabulosos, y se dio cuenta de que tienen muchas similitudes con los relatos contemporáneos de encuentros supuestamente extraterrestres. Él entonces cree que es el mismo fenómeno que ha estado con la raza humana desde siempre y va cambiando cómo lo percibimos. En la era espacial los interpretamos como seres venidos de otros planetas, pero a lo mejor no lo son. Es una hipótesis interesante, aunque igual Vallée se va en la volada porque les atribuye orígenes interdimensionales. Pero es una posibilidad, no algo comprobado.
Lo que yo sí sé es que el fenómeno ovni es real, es decir, que sí hay apariciones inexplicables. Sobre todo entre los 50 y 70 hubo muchos encuentros cercanos con entidades, enanos, cosas así. Pero también es posible que hayan sido perpetrados por agentes humanos, que sean casos de manipulación. Hay ciertos indicios -leves, es cierto- de que agencias como la CIA podrían haberse valido de la creencia en los extraterrestres para esconder programas secretos. Helmut Lammer fue más allá y habla de los MILABS (Military Abductions) y dice que las abducciones eran perpetradas por militares para hacer pruebas médicas, por ejemplo con sicofármacos.
Para la investigación del caso Valdés, a través de la Freedom of Information Act (FOIA), que permite solicitar información al gobierno de Estados Unidos, hice una petición porque una de las posibilidades que planteo en la reedición del libro es que haya sido una operación de manipulación humana. Sabemos que los gringos estaban en Chile en esa época y cuando a Valdés le hicieron una hipnosis en 1999 recordó haber visto gente con cascos de pilotos blancos. Me contestaron algo así como 'no podemos confirmar ni negar tener registros sobre lo que usted nos está preguntando'. Eso puede ser significativo o puede ser respuesta tipo.
A mí justamente me interesa entender ese aspecto del fenómeno. Pero no tengo pretensiones de lograrlo en mi vida. Algunos como yo pensamos que la ufología se está muriendo. Los clásicos investigadores están viejos, las publicaciones parecen estar de capa caída y, además, ya no hay tantos casos importantes. Los hechos paradigmáticos ocurrieron entre mediados de los 50 y los 80, treinta años que coinciden con la Guerra Fría. Quizás se dieron bajo algún tipo de campaña o programa clandestino que se terminó. Por eso a veces pienso que cuando se cumplan 100 años de la ufología moderna, el 2047, a lo mejor los ufólogos y la ufología vamos a ser recordados como una excentricidad. Pero al menos me gustaría que desapareciera habiendo dilucidado la incógnita: ¿Qué son los ovnis? ¿Hemos sido engañados durante tantos años?".
*Patricio Abusleme es periodista y subeditor del servicio en español de Reuters.
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