Presenció su muerte cuando estalló a su lado una bomba. "Fue como si la tierra y el cielo se hubieran revuelto sobre sí mismos", concluyó el soldado. Pero, sin duda, exageraba. "No te preocupes: es sólo el bombardeo de las seis. En diez minutos estaremos desayunando", le dice otro soldado a su compañero de trinchera.
Es el inicio de Nosotros caminamos en sueños, la nueva novela del escritor argentino Patricio Pron (1975). Presentada como una sátira de la guerra de las Malvinas, la narración va más allá.
"No es un libro acerca de la guerra de las Malvinas, sino uno acerca de todas las guerras, la de Malvinas pero también otras; incluso aquellas que sólo tuvieron lugar en los temores de los que éramos niños por entonces", dice Pron de su novela que acaba de llegar a Chile por el sello Literatura Random House.
¿Por qué utilizar el registro de la sátira para hablar de la guerra? "Algunos hechos, en particular los de la gravedad de una guerra, corren el riesgo de parecernos banales debido a la repetición de una forma de recordarlos que representa el sentido común y a menudo es una de las atribuciones del Estado", señala Pron. "Narrar la guerra desde un punto de vista 'novedoso' o 'desacralizador' es la forma que encontré de rehuir la repetición y de devolverle a la guerra la capacidad de conmovernos sentimental y políticamente", agrega.
Otra novedad del autor, seleccionado en 2010 por la revista Granta como uno de los 22 mejores escritores jóvenes en español, es el ejemplar El libro tachado.
"El libro surgió de un cierto descontento ante algunos ensayos recientes cuyos autores sostienen que la literatura se está acabando", dice Pron del volumen editado por el sello Turner.
Rimbaud, Kafka, Cervantes, Dostoievski, Borges, Fernando Pessoa, Mallarmé Philip Roth, Elias Canetti, entre otros autores son parte de capítulos que hablan de censura, abandono de la literatura, suicidio y anonimato. "Los autores que están en el libro encarnan un cierto heroísmo que no solamente es necesario en la literatura y consiste en ir más allá de las convenciones y de los límites que se nos imponen en todos los ámbitos, también en el literario. Sin embargo, los protagonistas de la literatura son todos los escritores: los brillantes, los magníficos, los heroicos, los cobardes y los malísimos. Y quizás sea mejor así", termina Pron.