¿Qué le ha parecido el proceso constituyente?

El que hayan participado 200 mil compatriotas dispuestos a conversar sobre el futuro de Chile tiene un tremendo valor. Está claro que hubo cosas que pudieron haberse hecho mejor con más tiempo, más recursos, más información y menos crispación política. Pero esas son cosas de las que uno tiene que aprender. No quiero criticar a nadie, pero con más acuerdos la conversación pudo haber sido aún mejor.

¿Cómo ha ido la elaboración de las bases ciudadanas? Se habla de retrasos hasta enero.

Estamos completamente concentrados y abocados en lograr este documento, que es el resultado de la participación de la ciudadanía en toda esta etapa. Estamos a la espera de los fundamentos en la sintentización que recibiremos el 21 de noviembre. Después de eso comenzaremos a profundizar todo, y cuando estemos tranquilos con el trabajo que hemos hecho, le haremos llegar las bases a la Presidenta Michelle Bachelet.

¿Cuándo?

No quiero comprometerme aún con niguna fecha. Queremos hacer esto bien hecho y lo antes posible. Ya tenemos en nuestras manos el 70% de la información, y sobre eso hemos estado trabajando. Queda un 30% de la información de los cabildos. Cuando la recibamos, continuaremos.

¿Es complejo retrasar los tiempos? Se lo pregunto porque el compromiso de la Presidenta era tener las bases ciudadanas en octubre. Así lo anunció hace un año.

Cuando comenzamos con todo el proceso, nosotros pensábamos que habría 2 mil 500 o 3 mil encuentros locales, pero nos sorprendimos, porque hubo más de 9 mil. Entonces, si las cosas terminan una, dos o tres semanas antes o después, para nadie es un problema en la medida en que eso asegure un cierto éxito. Esto, porque tuvimos más convocatoria. Es perfectamente comprensible tener que tomarnos unas semanas más.

El gobierno debe presentar la reforma constitucional para habilitar al Congreso a realizar cambios. ¿Valora la alternativa de modificar el artículo 15?

Tengo opinión, pero en este momento prefiero evitar dar consejos estratégicos. Ya habrá oportunidad, una vez que terminemos el encargo pendiente.

El próximo año es el último del gobierno de Michelle Bachelet: quedan reformas comprometidas pendientes y estará marcado por la contienda presidencial. ¿Cómo vislumbra retomar el debate constitucional en medio de ese escenario?

No sé qué peso le darán las candidaturas presidenciales al debate constiucional en 2017. Pero me convencí que para una parte de la ciudadanía el proceso constituyente no es moda ni menos es algo pasajero: es un tema de gran importancia.

¿Pero cómo ve el debate para el gobierno el próximo año?

No quiero opinar sobre eso, pero, en lo personal, esto es crucial. Creo que seguirá muy presente en la agenda pública.