En la lista de personalidades cercanas a la presidenta Michelle Bachelet, la sicóloga Paula Narváez ocupa un lugar especial. Desde su primer período, la militante PS ha estado junto a la mandataria y desempeñándose en cargos de exclusiva confianza, un camino que hoy termina con ella como la vocera de la recta final de la gestión.

Reconocida como una histórica militante del "escalonismo", quizás el rol con mayor exposición pública de Narváez fue en 2008, cuando le tocó, como delegada presidencial, coordinar la evacuación y medidas especiales para la población de Chaitén luego de que la erupción del volcán del mismo nombre destruyera la ciudad. En ese rol, ella trabajó directamente con Bachelet en las medidas y la superación de la emergencia, y fue blanco de críticas por parte de un grupo de habitantes que no se resignaba a la decisión de no volver a la ciudad.

Pero su historia con Bachelet tiene un capítulo internacional, ya que fue una de las escasas colaboradoras chilenas que trabajó con la actual mandataria en Nueva York luego de que ella fuera designada al frente de ONU Mujeres en 2010. Dado ese vínculo, no extrañó que, luego del triunfo en la elección de 2013, Narváez llegara a La Moneda en el estratégico rol de jefa de gabinete.

Sin embargo, luego de ausentarse por un postnatal, su puesto fue ocupado por Ana Lya Uriarte y ella quedó como asesora directa del Segundo Piso presidencial. Hasta hoy, cuando su rostro pasará a ser nuevamente familiar como la vocera del Ejecutivo.