Un caso realmente raro. Dimitri Payet era la gran figura de West Ham United e incluso había sido postulado para los premios de France Football y The Best como uno de los mejores jugadores del mundo en 2016. A mediados de 2015 había llegado a los Hammers traspasado desde el Olympique de Marsella, y un año y medio después se consolidaba como una de las grandes figuras de la Premier League.

Sin embargo, el jugador de 29 años dio un vuelco raro. Se obsesionó mediáticamente por salir del club londinense sin dar una mayor explicación. Su objetivo claro era volver a su ex club.

"Juro sobre la cabeza de mi pene que no volveré a vestir la camiseta del West Ham. Si no me venden, me romperé los ligamentos cruzados yo mismo. Soy un ser humano, tengo derecho a elegir mi futuro. Y mi futuro lo veo en el Marsella. Estoy escandalizado por que no hagan lo que les pido. He ayudado en gran medida al West Ham desde que llegué y me podrían dar las gracias aceptando mi venta. Es lo mínimo", dijo en su momento.

La historia llegó a un "final feliz". Por 30 millones de euros, West Ham finalmente aceptó el traspaso del internacional francés. Difícil que lo reciban nuevamente en Londres con los brazos abiertos. Los fanáticos ya habían quemado sus camisetas.

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"El West Ham muestra su sincera decepción por el hecho de que Dimitri Payet no hiciera prueba de la misma implicación y del mismo respeto que le han profesado club y aficionados, especialmente con un nuevo contrato lucrativo de cinco años y medio, propuesto el año pasado. Para ser sinceros, el consejo de administración y yo hubiéramos preferido que se quedara para dar ejemplo, ningún jugador es más grande que el club", aseveró David Sullivan, copresidente de la escuadra inglesa.