"Un hecho histórico", dijeron en todos los ámbitos de la militancia comunista, una vez que Michelle Bachelet anunció a una de sus militantes, Claudia Pascual, como la próxima ministra del Servicio Nacional de la Mujer.
La sentencia de las bases del PC tiene antecedentes en la historia reciente de Chile. En la colectividad tienen presente el recuerdo de la última vez que el partido participó en un gobierno, durante la administración de Salvador Allende, gestión que terminó abruptamente por el Golpe de Estado de 1973 y su dirección diezmada en los años duros del régimen militar.
Así, pasados 40 años desde el fin de la Unidad Popular, el Partido Comunista tiene a su única ministra participando en el gabinete del gobierno de Michelle Bachelet, luego de que ayer la presidenta electa pronunciara su nombre, profesión y cargo en el Hotel Plaza San Francisco.
Tras ser presentada junto al resto de los secretarios de Estado, Pascual entregó algunas luces sobre su designación. "Este cargo significa para mí un orgullo y un desafío enorme", dijo.
Una vida en el PC
Fuentes del PC destacan la activa vida partidaria de Claudia Pascual. Desde que fuera dirigenta estudiantil, ha integrado todas las estructuras del partido: comité central de las Juventudes Comunistas, comisión política y comité central del partido, instancias últimas en las cuales participaba hasta ahora.
Pascual es de los escasos cuadros activos que pertenece a la generación de militantes que ingresaron a la "Jota" en los años 80, y que abandonaron el partido en la diáspora que produjo la caída del Muro de Berlín y su posterior aislamiento de los conglomerados durante los años 90. Este sello lo comparte Daniel Núñez, uno de los diputados electos del PC.
La próxima ministra del Sernam, además, dividía su tiempo en calidad de concejala en la comuna de Santiago. Vecina del histórico barrio Yungay, ejerce el activismo cívico desde la organización "Vecinos por la defensa del barrio Yungay". Fuera de ello, el resto de su vida pública lo dedicaba en plenitud a la interna partidaria del PC, destacan las fuentes, quienes también subrayan un dato personal para el comunismo: su cercana relación con Mireya Baltra, ex ministra del Trabajo de Salvador Allende, figura simbólica para el ethos comunista.
Fricciones con la DC
El 22 de diciembre pasado, el PC puso a sus militantes a disposición del gobierno de Michelle Bachelet mediante resolución de su comité central.
Una decisión que generó reticencias en sectores de la DC, donde resienten las discrepancias en materia de derechos humanos en Cuba y la política ambivalente del PC en la gestión del Ejecutivo y en los movimientos sociales al mismo tiempo. "Un error", dijo en diciembre Gutenberg Martínez, histórico DC, ante la posibilidad de que los comunistas ingresaran al próximo gobierno.
Sobre la presencia del PC en los movimientos sociales, Pascual sostuvo ayer: "En nuestra calidad de militantes, podemos tener una representación, pero obviamente los partidos deben hacer sus definiciones".