Una conversación a solas sostuvieron ayer en la mañana los presidentes del PC, Guillermo Teillier, y del MAS, Alejandro Navarro.
Antes de ingresar al comedor del Ministerio del Interior en La Moneda -sala en la que todos los lunes se realizan los encuentros del comité político junto a los secretarios de Estado-, ambos jefes de partido analizaron el acuerdo suscrito entre el gobierno y la oposición por la reforma tributaria.
Coincidiendo en una visión crítica respecto de cómo se gestó ese pacto, Teillier y Navarro acordaron formalizar, minutos después, una queja en contra del gobierno, por no haber sido alertados de las negociaciones con RN y la UDI.
Así llegaron a la reunión del comité político, cita en la que -según los asistentes- cuestionaron la forma como se llevaron a cabo las conversaciones con la Alianza y acusaron desconocimiento del protocolo de acuerdo firmado el martes de la semana pasada, en Valparaíso.
El encuentro en La Moneda estuvo prácticamente concentrado en este tema. Las críticas también son compartidas por la Izquierda Ciudadana (IC). De hecho, el único diputado de esa colectividad, Sergio Aguiló, mantiene en duda su postura frente a la iniciativa.
El papel que pueda jugar el eje de izquierda preocupa al gobierno. Si bien de estos tres partidos sólo el MAS tiene representación parlamentaria en el Senado, la reforma tributaria deberá volver, en su tercer trámite, a la Cámara. Ahí, además de los anteriores, el rol del Partido Radical (PRSD) también es clave.
El escenario provocó que el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, realizara una extensa exposición en la reunión, detallando el protocolo de acuerdo firmado con la oposición y entregando garantías de que el eje central del proyecto -lo que han denominado como el "corazón" de la reforma- no será alterado. Esto es, la eliminación gradual del Fondo de Utilidades Tributables y el alza de impuestos a las empresas. Pero sobre todo, la recaudación de US$ 8.200 millones.
Esa fue una de las peticiones que le realizaron los partidos al titular de Hacienda en el encuentro. Y fue, además, parte de una ronda de conversaciones que Arenas sostuvo más tarde.
En la sede de su cartera, en Teatinos 120, el ministro recibió al MAS. Luego se reunió con la bancada de diputados del PRSD en Valparaíso. Y, pasadas las 20.00, hizo lo mismo con el PC y la IC.
"¿Cómo está, compañero?", saludaba con afecto el ministro a los parlamentarios comunistas que lo esperaban en el comedor de la vicepresidencia de la Cámara. Más distante se mostró Aguiló (IC).
Al igual que en las otras reuniones sostenidas en la jornada, el secretario de Estado explicó detalladamente las modificaciones al proyecto y dio garantías de que los objetivos centrales se mantienen y que se recaudará US$ 8.200 millones.
A la salida de la cita -que se prolongó por casi tres horas-, el PC redactó una declaración, donde se valoró la explicación del ministro y su disposición a la autocrítica por la forma en que se negoció el acuerdo.
"El objetivo es que se cumpla lo que dice el programa de gobierno", dijo Teillier, agregando que van a esperar el informe financiero de los ajustes y que de eso dependerá la postura de la tienda.
Por su parte, Arenas señaló que "vamos a entregar toda la información con transparencia".
Con todo, durante el día, el ministro logró acercamientos con los radicales y el MAS, algo que anunciaron públicamente el jefe de bancada del PRSD, Marcos Espinosa, y el propio Navarro.
El senador, en todo caso, advirtió que buscarán asegurar que las indicaciones del Ejecutivo no afecten los objetivos de la reforma, y que la idea es evitar que el proyecto sufra nuevos cambios cuando regrese a la Cámara.
POLITICA DE CONSENSOS
En la reunión del comité político, también se debatió sobre la posibilidad de que el acuerdo en reforma tributaria se repita en otros proyectos, preocupación que fue transmitida por algunos jefes de partido.
De hecho, se solicitó directamente que no se negocie un pacto para la reforma educacional. "Hemos pedido que no se dé esto en la reforma educacional", dijo Teillier, junto con señalar que "el ministro del Interior fue muy claro en decir que aquí se terminó la democracia de los consensos".