El galán es un supuesto infante de marina de Estados Unidos, que está destinado en una base militar de un país del Medio Oriente en conflicto. La cortejada, vía sitios web de citas, es una ciudadana chilena, de edad media. Esos son los principales componentes de un nuevo tipo de fraude online detectado por la PDI, en que delincuentes simulan ser soldados extranjeros para ganar la confianza de sus víctimas y, tras un tiempo de establecer una relación, las estafan con importantes sumas de dinero.

Este nuevo modus operandi, extendido en Europa y Norteamérica, ya ha presentado cerca de 10 víctimas en el país. Así lo dará a conocer hoy la Brigada del Cibercrimen de la PDI, en un seminario de delitos económicos emergentes que la institución policial realizará junto a la Universidad de Chile (ver recuadro).

El subcomisario Ernesto Jimeno, de Cibercrimen, indicó que "es una evolución de las estafas vía falsificación de identidad" y que "lo que estas organizaciones hacen es tener un verdadero ejército que se crea perfiles falsos. Se enfocan en mujeres adultas". El detective agregó que cuando las víctimas caen en "una especie de enamoramiento", el delincuente le indica que "le mandará un regalo, específicamente un anillo o una joya. El tema es que el envío queda retenido, según su versión, en países con los que Estados Unidos tiene diferencias políticas".

En ese momento entra en operación el siguiente paso de la estafa: "Dicen que no pueden enviar dinero a ese país para liberar la joya, porque se vería como traición, por lo que piden que ellas hagan el envío de dinero y que se lo retribuirán cuando vengan a Chile a verlas", indicó Jimeno. Finalmente, las víctimas aceptan pagar el dinero.

El subcomisario agregó que "cuando empiezan a sospechar, vienen a la PDI y se dan cuenta que las fotografías son sacadas de internet, los nombres son inventados y finalmente ven que es una estafa". Según el policía, "se sintieron muy decepcionadas, porque de verdad se sentían enamoradas de estos sujetos".

CRYPTOLOCKER

El segundo modus operandi que se dará a conocer en el seminario se llama CryptoLocker, que consiste en que hackers encriptan la información de los computadores o teléfonos de las personas, y sólo a cambio de un rescate liberarán la información. Los cobros generalmente superan los $ 100 mil.

El subcomisario Jimeno señaló que los delincuentes tras estos delitos "dan una fecha límite de 24 horas para pagar el rescate. Incluso, aparece un contador (en cuenta regresiva), en que si no paga dentro del plazo perderá la información para siempre. En otros casos, si no paga en el plazo, por cada día subirá el rescate. Este sistema usa un algoritmo muy fuerte, que es casi imposible de romper si no entrega la clave. Esta contraseña se entrega una vez que el hacker recibe el pago".

La infección del CryptoLocker ocurre a través del correo electrónico, en que se envían a falsos mensajes de redes sociales. Uno de los "ganchos" más comunes usados por los delincuentes son las supuestas invitaciones de amistad.