"Con el voto a favor del Brexit, nos hemos convertido en moneda de cambio en las negociaciones". Es la evaluación que EuroCitizens, una asociación creada en septiembre de 2016 por ciudadanos británicos que viven, trabajan y estudian en España, hace de los efectos del referéndum que disparó la salida de Reino Unido de la Unión Europea. "Afrontamos un futuro incierto y la pérdida de nuestros derechos como ciudadanos europeos", dicen los miembros de esta plataforma que también expresa su preocupación por el futuro de los españoles que residen en territorio británico.
Pero el miedo ante la posibilidad de dejar de ser europeos parece más fuerte. Quizá ello explique que muchos de estos británicos residentes en España hayan optado por iniciar los trámites para obtener la nacionalidad española. Desde el 23 de junio de 2016, fecha en la que Reino Unido celebró el referéndum del Brexit, las solicitudes se han disparado. Así lo recogen cifras oficiales del Ministerio de Justicia español, que muestran que las inscripciones de británicos para pasar el examen de ciudadanía española crecieron 431% desde enero en relación a la media del año anterior.
Según datos de EuroCitizens, España es el país europeo con más expatriados británicos: 308.821 con residencia permanente, de los cuales 107.980 son jubilados, que reciben sus pensiones en Reino Unido. Los británicos en España representan casi el doble de los que residen en Francia, que llegan a 185.344.
"La votación del referéndum (del Brexit) estuvo marcada por la falta de información precisa para los votantes en aspectos tan importantes como los económicos y la libertad de movimiento de las personas, como posteriormente se ha demostrado", explica a La Tercera Camilla Hillier-Fry, fundadora de EuroCitizens y socia de la consultora de recursos humanos PeopleMatters.
"Hoy hay 1,2 millones de británicos que han hecho su vida en Europa con la expectativa de seguir gozando de los derechos de ciudadanía europea. Ahora parece que han cambiado 'las reglas' y ven amenazados sus derechos", se lamenta.
"La situación es parecida a la que sufren los españoles (132.000) que viven en Gran Bretaña. Somos moneda de cambio y nadie tiene en cuenta dónde nos dejan", insiste Hillier-Fry, nacida en Londres, pero residente en Madrid desde hace 30 años.
A la fundadora de EuroCitizens, sin embargo, no le sorprende el aumento de británicos en busca una nueva nacionalidad. "Solicitar la ciudadanía española es normal, porque se trata de personas integradas en la sociedad española y además es una manera de mantener la ciudadanía europea", señala a este medio. "Lo que es muy duro para las personas es el hecho que el gobierno español no admite la doble nacionalidad con Reino Unido (el gobierno británico por contrario sí lo admite para residentes españoles que cumplan los requisitos). Esto significa que los británicos en España tienen que elegir entre su país de nacimiento y su país de adopción", dice.
Una decisión que tampoco es ajena para Hillier-Fry, madre dos hijos nacidos y educados en España, pero de nacionalidad británica. "Hasta ahora no me había planteado solicitar la ciudadanía española para mí o para mis hijos (ambos estudiantes), porque antes del Brexit no parecía necesario siendo ciudadanos europeos. Ahora sí voy a pedir la ciudadanía española, para salvaguardar mis derechos y especialmente los de mis hijos, que pueden verse sin la posibilidad de participar en programas educativos europeos como Erasmus; y todos podemos tener más dificultades de cara a la libertad de movimiento para estudiar y trabajar", afirma. "A nivel emocional, para mí y para otros ciudadanos británicos, es una decisión muy dura, pero me siento ante todo ciudadana europea", agrega.
En el mismo dilema emocional está el escritor británico Michael Harris, quien vive en España desde 1982. Ahora, 35 años después, ha aprobado los dos exámenes necesarios para ser español a los 61. "Nunca me lo había planteado hasta que conocí los resultados del Brexit", dijo al diario El País. "Como ingleses, éramos iguales que cualquier español, excepto porque no podíamos votar en las elecciones. Ahora con el Brexit me preocupa perder mis derechos como ciudadano europeo. Y quiero seguir siéndolo", agrega Harris, casado con una española y vicepresidente de EuroCitizens.