Una caída en la demanda de bienes de capital en Alemania llevó a un inesperado desplome de los pedidos industriales de un 1,3% en mayo, lo que subraya la fragilidad de la economía más grande de Europa.
La segunda caída mensual en los pedidos industriales se compara con un pronóstico promedio de un aumento del 1,2% en un sondeo de Reuters entre 37 economistas. Esta baja fue más pronunciada que el pronóstico más pesimista de la muestra, correspondiente a un descenso de 0,7%.
"El declive es una amarga decepción", dijo Andreas Scheuerle, economista de Dekabank.
"La caída de los pedidos nacionales de bienes de capital es preocupante, ya que esto apunta a una debilidad continua de la inversión", agregó.
Scheuerle explicó que las empresas alemanas han frenado las inversiones desde que la crisis de deuda de la zona euro se intensificó en 2011.
"Necesitamos de una vez noticias positivas sobre la crisis de deuda para reducir la incertidumbre. Los acontecimientos en Portugal son contraproducentes en este sentido", dijo Scheuerle, refiriéndose a la crisis política que estallóen ese país esta semana y que ha puesto en peligro las reformas de Lisboa acordadas bajo un plan de rescate.
Los datos recientes han pintado un cuadro mixto de la economía alemana, que se mantuvo bien en los primeros años de la crisis de deuda de la zona euro, pero que se contrajo a fines del año pasado y que sólo evitó por poco una recesión en el primer trimestre de 2013.
Las encuestas sobre confianza han mejorado, además las exportaciones, las importaciones y la producción han aumentado. Sin embargo, un Indice de Gerentes de Compra (PMI) publicado a principios de esta semana mostró que el sector manufacturero se contrajo en junio.
En particular, las órdenes nacionales cayeron un 2% y la demanda de bienes de capital en el país se desplomó un 4,1% en mayo, aumentando las preocupaciones de que la mayor economía de Europa no será capaz de compensar la debilidad de la demanda de la zona del euro.
Los pedidos industriales desde el extranjero cayeron un 0,7% en mayo, impulsados por una baja de un 3,9% en los pedidos de la zona del euro.