No pudo ser más feliz el regreso a la titularidad de Pedro Morales en Málaga. El volante, que había estado tres semanas ausente producto de una rotura fibrilar en los isquiotibiales derechos, fue clave en la victoria sobre Getafe por 2-1, regalando una asistencia para Wellington en el segundo tanto.
"Lo importante es que con este triunfo seguimos peleando por entrar en la próxima Liga de Campeones. Y sobre mi actuación, bueno, después de estar un tiempo afuera me sentí muy bien, aunque al final algo cansado", afirma el mediocampista, que en silencio se convirtió en pieza importante para el técnico Manuel Pellegrini, al igual que Manuel Iturra, quien ayer estuvo todo el duelo en cancha (recibió amarilla).
De hecho, en los cuatro partidos que jugó, anotó dos tantos, uno a Rayo Vallecano y otro a Real Sociedad, y asistió en otros tres. Nada mal para alguien que el año pasado prácticamente no vio acción en Universidad de Chile y muchos le auguraban un viaje poco feliz a España cuando firmó en Málaga.
"Te soy sincero, pensé que me iba a costar más integrarme. Principalmente, porque no traía mucho fútbol en el cuerpo, por lo que sucedió el año pasado. Además, llegué en medio del campeonato, sin pretemporada. Pero me encontré con un grupo de compañeros muy bueno y también el cuerpo técnico confió mucho en mí", reconoce el volante.
¿Esto es una revancha para lo que vivió en la "U" el año pasado?
No lo quiero ver de esa forma. Pero claramente acá recuperé la alegría de jugar. Después de todo lo que pasé en 2012, creo que necesitaba vivir el otro lado de la moneda.
¿Por qué dice eso?
Mira, pasé cosas muy feas. Por ahí, que no seas citado lo puedes hasta entender cuando hay un plantel numeroso. Pero había partidos en que iba a la banca y veía que entraban chicos de 16 y 17 años, y yo seguía ahí sentado.
¿Cómo vivía eso?
Te soy sincero, fue muy frustrante. Casi todo el año fue así para mí. Tenía muchísimas expectativas en mi vuelta a la "U" y no pudo ser como quería.
¿Todo pasó por Jorge Sampaoli?
No. Soy el primero en reconocer que no rendí como esperaba. Por eso soy bien hombre en asumir que el técnico no fue el principal culpable de todo lo que viví el año pasado. No tenía confianza en mis medios, y eso me mató. No me salía nada. Y eso que en la semana estaba bien de la cabeza, entrenaba a full.
Entonces, ¿qué pasaba?
Era como entrar a la cancha y no saber qué hacer. Estaba atrapado por todo lo que te contaba antes. De hecho, lo hablaba con mis compañeros y no le encontraba una explicación a lo que me pasaba.
¿Nunca conversaron del tema con el técnico?
Claro que hablamos. Incluso, sobre el final del Clausura me expresó que me tendría más en cuenta. Pero ya era tarde. No podía salir del pozo en que me había metido por la poca continuidad y las otras cosas que te conté antes.
¿Es cierto que Sampaoli trabaja con la misma intensidad que en Europa?
Te puedo hablar en relación a lo que hace Manuel (Pellegrini). La intensidad y la exigencia es la misma. Sí cambia, quizás, el hecho de que en los trabajos físicos, siempre hay balón de por medio. Y los dos tampoco te permiten el relajo.
No se puede quejar del fútbol. Lo dirigió Marcelo Bielsa, Sampaoli y ahora Pellegrini.
La verdad es que no. Miro hacia atrás y me doy cuenta de que debo ser un agradecido. Más allá de lo que pasó el 2012, no tengo mala relación con Sampaoli. Las cosas las conversamos en su momento. Ahora estoy en otra etapa, disfrutando al máximo. Estoy feliz y mi familia también. Eso es lo principal.
¿Se va a quedar allá?
No sé. Ojalá. Queda un mes de liga. Déjame seguir disfrutando.