La película del director Nanni Moretti sobre un Papa con un ataque de pánico, que no puede lidiar con el peso de sus deberes, es un éxito en Italia.
Pero dentro de la iglesia católica, la cinta ha generado algunas críticas negativas, aunque no de la gravedad de las que sufrió el "Código Da Vinci", mientras que otros católicos la han reconocido.
"Habemus Papam", la expresión en latín con la que la elección de un pontífice es anunciada al mundo, se inauguró el 15 de abril con una gran cantidad de boletos vendidos en las taquillas italianas. La película competirá en el Festival internacional de Cine de Cannes el próximo mes.
Avvenire, el diario de la conferencia de obispos italianos, publicó una carta escrita por un experto de El Vaticano la semana pasada en la que se pedía boicotear el filme, preguntándoles a los lectores si "deberíamos financiar a aquellos que ofenden nuestra religión".
Pero los funcionarios del Vaticano no han pedido acciones similares y el mismo Avvenire dijo en una reseña que la película está bien realizada y es interesante. Sin embargo, el diario critica a Moretti por representar "la muerte de una iglesia vieja y confundida" y no retratar el punto crucial de la fe en la iglesia y la comunión con Cristo.
Algunos comentaristas católicos reconocieron a Moretti por presentar el retrato humano de un Papa en problemas, interpretado por el actor francés Michel Piccoli, de 85 años.
"No tiene sarcasmo ni caricaturas", escribió RadioVaticano.
La película comienza con escenas de un funeral papal, incluyendo imágenes del funeral real de Juan Pablo II en 2005, y el subsecuente cónclave. Durante su elección como pontífice, el cardenal interpretado por Piccoli entra en pánico, grita desesperadamente y sale corriendo justo después de que las palabras de "Habemus Papam" son pronunciadas desde el balcón de San Pedro ante la multitud expectante.
"Han visto una cualidad en mí que no poseo", dice el Papa a un psicoanalista, interpretado por Moretti, quien es llevado a El Vaticano para ayudar al pontífice en crisis.
"¡No lo puedo hacer!", grita el nuevo Papa en otro momento bajo gran presión. Poco después el sumo pontífice, cuya identidad no se ha hecho pública, escapa de El Vaticano y comienza a deambular por las calles de Roma buscando una respuesta.
Aunque el mundo está a la espera, los cardenales y el psicoanalista están secuestrados dentro de El Vaticano, entreteniéndose con juegos de mesa e incluso con un surreal torneo de vóleibol.
Moretti es famoso por su sátira política, como la de su película más reciente "Il Caimano" ("El Caimán"), sobre el primer ministro Silvio Berlusconi, o por historias de obsesión personal y comentario social. Hace 25 años interpretó a un padre confundido en "La Messa e' Finita" ("La misa ha terminado"), una mirada mordaz a la sociedad italiana.
Moretti ha dicho que con "Habemus Papam" no quería hacer una película sobre El Vaticano.
"Es una película sobre las dificultades de cumplir las expectativas de otras personas", dijo el director. "Es la historia de un hombre que logra encontrar el equilibrio ante sus propios límites".
El vocero de la Santa Sede se puede ver varias veces mintiendo en la película, presionado por la circunstancia sin precedentes de tener a un Papa en fuga, pero la representación del colegio de cardenales posiblemente agradó a El Vaticano.
Los cardenales aparecen como un grupo indefenso y desesperado de ancianos que se preocupan por su Papa, en vez de un grupo de confabuladores poderosos y con mucha audacia política, que se comportan como príncipes de la iglesia, como otras veces se les ha retratado.
"La imagen que Moretti crea de la iglesia es bienintencionada, no hay nada en confrontación o ácido", escribió el autor católico Vittorio Messori, quien agregó que Moretti no menciona el escándalo sexual que ha invadido a la iglesia en los últimos años o una investigación por lavado de dinero al banco de El Vaticano.