Una encuesta realizada por Clapes-UC a 1.600 personas, reveló que quienes no están experimentando en forma directa "el problema de las pensiones" -los más jóvenes- resultan más críticos y pesimistas que quienes actualmente lo viven.
Si bien el informe enfatiza que en ambos grupos las evaluaciones "son muy bajas", respecto al sistema previsional, hay importantes diferencias. Esto dado que en una escala de 1 a 10, el 63% de las personas de 65 años y más, califican con una nota de 1 a 4 el nivel de pensiones que recibe actualmente; mientras que el 91%, de quienes aún no viven esa etapa -los actuales ocupados- evalúan negativamente el monto de las pensiones actuales que reciben los chilenos jubilándose.
El sondeo -tomado entre abril y mayo de este año-también evidenció que la confianza general en las AFP está en niveles inferiores al 30%. Y, nuevamente, al igual que respecto a las pensiones, quienes actualmente trabajan (25 a 59 años) son más críticos respecto a los mayores (65 y más años).
En ambos segmentos, no obstante, la confianza percibida se acrecienta cuando el juicio no es social categorial ("todas las AFP"), sino particular frente a la "propia" AFP. Cuando se consulta por "la propia AFP", los niveles de confianza crecen moderadamente en el caso de quienes trabajan (pasa de 17% a 25%), pero aumentan más ostensiblemente entre los de 65 y más años (de 25% a 40%), aunque ambos se mantienen en rangos bajos.
Más educación previsional
Según el investigador de Clapes, Salvador Valdés, el estudio evidencia dos realidades: la decepción de los jubilados con los montos recibidos, y el temor por parte de los jóvenes respecto de la etapa del retiro, sensación que tiene el riesgo de motivar a una persona a dejar de cotizar por desconfiar en él, con consecuencias nefastas para la pensión.
A su juicio, el análisis tiene implicancias directas para la política nacional de pensiones, al establecer que es prioridad fundamental para Chile construir nuevas seguridades para las personas menores de 59 años. "Si las iniciativas recientes conducentes a reformar el sistema de pensiones no se hacen cargo frontal y focalizadamente del temor que vive este grupo de la población, es previsible que el descontento persista y se requieran más reformas en el futuro", dice el informe.
Por ello, "la alfabetización previsional exige una reorientación a la luz de los hallazgos de este estudio, pues puede ser más importante transmitir los principios orientadores que los detalles de la mecánica de cálculo de las pensiones", insiste el documento.
Además, es prioritario proteger el empleo con seguridad social de los menores de 59 años que un mayor número de ellos siga cotizando y mejorando su pensión, en vez de empleos por cuenta propia, donde no cotizan y no mejoran su pensión". Sobre este punto, Valdés destaca que el mismo estudio evidencia positivos resultados en cuanto a obligar a ahorrar un poco a los independientes, idea que es apoyada por el 64% de los encuestados ocupados y por el 79% de los pensionados.
Valdés, enfatiza que no basta con tomar medidas técnicas, sino que hay que apoyar éstas con políticas públicas que conduzcan el temor, como educar y mostrar a las personas que, por ejemplo, no basta con trabajar para acceder a pensión razonable, sino que se debe ahorrar. "El proyecto del gobierno tiene mucho que avanzar todavía para mejorar el temor, porque se concentra en los actuales pensionados, que están decepcionados, pero no en el temor que tienen los jóvenes, los que, además, están gravados, pues tienen que aportar a la pensión de otros", dice.