Justo en el día dedicado a la oración del islam el terrorismo golpeó duramente a Egipto. Porque al menos 270 personas murieron y otras 90 resultaron heridas en un atentado contra una mezquita repleta de fieles en el pueblo Bir al Abed ubicado en el norte del Sinaí, región donde las autoridades combaten a la rama egipcia del grupo yihadista Estado islámico (EI). El ataque se transformó en el más letal en la historia del país y marca una escalada en los ataques de insurgentes en la región.
Militantes con armas y explosivos irrumpieron en la mezquita Rawda y dispararon contra todas las personas que asistían a la oración semanal, en medio de los preparativos para las celebraciones del cumpleaños del profeta Mahoma. De manera previa, en el lugar estalló una bomba, presumiblemente obra de un atacante suicida.
En un comunicado, la Unión de las Tribus del Sinaí informó que los terroristas cerraron "las puertas de la mezquita y mataron a todos los que rezaban", y aseveró además que tras la llegada de las ambulancias a la zona, "un grupo escondido de terroristas disparó y huyó".
Según explica el diario The New York Times, raramente las mezquitas son atacadas en Egipto, donde el Estado Islámico ha realizado atentados contra iglesias de cristianos coptos y ha evitado los lugares islámicos de peregrinaje. El periódico advirtió que el ataque inyectó un nuevo elemento de tensión a Egipto debido a que "las víctimas eran musulmanes sufistas, que practican una forma de islam místico que algunos de los extremistas consideran hereje".
La agencia Bloomberg señaló que si bien la violencia no amenaza la estabilidad del Presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, ha devastado la industria turística, un pilar básico de la economía del país, que lucha por recuperarse tras años de turbulencia política.
El jefe de Estado no tardó en reaccionar y llamó a una reunión de su comité de seguridad e hizo un desafiante discurso televisivo donde prometió vengar a los muertos y restaurar la estabilidad. También señaló que aquellos que respaldaban, financiaban o incitaban el ataque iban a enfrentar a la justicia. "Responderemos a este acto con fuerza brutal", advirtió.
La Presidencia egipcia declaró tres días de luto nacional por las víctimas del ataque en la mezquita, y decenas de líderes mundiales condenaron este acto, entre ellos el Presidente estadounidense, Donald Trump, que lo tildó de "cobarde".
Ahmed Abul Gheit, secretario general de la Liga Arabe, con sede en El Cairo, denunció el "terrible crimen" cometido en Egipto, según indicó su portavoz.
El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, por su parte, estimó que "el terrorismo no escatimará (...) brutalidades en su intento desesperado de afirmarse". Mientras que el Rey Salman de Arabia Saudita indicó que acompaña a Egipto luego de este acto "cobarde".
Ataque más letal
Para el New York Times, el ataque destaca el fracaso de Al Sisi, que ha insistido que necesita aplastar a la oposición política para combatir la amenaza de la militancia islámica, para cumplir sus promesas de seguridad a los egipcios.
El ataque a la mezquita se encuentra dentro de los 10 más letales de la última década, si se consideran aquellos que han tenido un blanco único. En octubre pasado, 358 personas murieron en Somalia tras un ataque con un camión-bomba. En el caso de Egipto el último atentado comparable ocurrió en 2015, cuando el EI puso una bomba en un avión ruso que llevaba 224 personas a bordo.
Para Timothy Kaldas, analista del centro de estudios estadounidense Tahrir Institute for Middle East Policy, consultado por Bloomberg, "el atentado entrega una perspectiva alarmante y revela que la lista de objetivos que están dispuestos a atacar va en aumento". "Es difícil saber, sin embargo, si fueron atacados porque eran sufistas o porque eran percibidos como colaboradores del gobierno", añadió.
La corresponsal de la cadena BBC, Sally Nabil, explicó que los militantes islámicos han estado operando en el norte del Sinaí por muchos años, teniendo como blanco a las fuerzas de seguridad. Pero este viernes fue la primera vez que los peregrinos dentro de una mezquita han sido blancos de un ataque de este tipo.
"El norte del Sinaí ha estado viviendo en un apagón mediático en los últimos años. Ningún medio de comunicación ha sido autorizado de ir allí. La frecuencia de los ataques hace crecer las dudas sobre la efectividad de las operaciones militares", añadió.
En una entrevista publicada en el sitio sobre seguridad The Cipher Brief, el ex agente de la CIA Robert Richer advierte que para entender la amenaza del Estado Islámico en Egipto es necesario tener en cuenta la forma en que fueron acallados los Hermanos Musulmanes bajo el régimen de Al Sisi. "Eso tenía que pasar, pero el gobierno empujó literalmente a millones de personas a la clandestinidad, lo que terminó llevándolos al extremismo", sostuvo.
También explica que las crecientes actividades del Estado Islámico en el Sinaí se deben a que la presencia del Estado egipcio no es tan fuerte como debiera en la zona. A esto se suma que estos yihadistas han recibido respaldo de tribus locales que históricamente se han sentido abandonadas por El Cairo. Otro ingrediente de este complejo panorama es la presencia de Al Qaeda, que busca dónde operar, especialmente en lugares en que la presencia estadounidense no es tan fuerte.