Fue la peor tragedia producto de un incendio en Brasil, desde que, en diciembre de 1961, 323 personas fallecieran en un circo en Niteroi. Al menos 233 personas murieron y 131 resultaron heridas en la madrugada de ayer en una discoteca de la sureña ciudad de Santa María -ubicada unos 300 kilómetros al oeste de Porto Alegre, en el estado de Río Grande do Sul y a 280 kilómetros de la frontera con Uruguay-, cuando, tras un incendio, cientos de personas se abalanzaron hacia una puerta que, según las autoridades, estaba cerrada.

La mayoría de las víctimas fueron estudiantes universitarios, que murieron asfixiados por una densa humareda tóxica después de que una bengala conocida como "Lluvia de plata" incendió el techo de la discoteca Kiss.

Según informó la agencia Reuters, el acceso principal estaba bloqueado, al parecer por los guardias de seguridad. En declaraciones a varios medios locales, los testigos aseguran que los guardias interceptaron la salida porque creyeron que se trataba de una riña, e intentaron evitar que quienes pretendían salir corriendo aprovecharan el tumulto para irse sin pagar lo consumido.

Además, el permiso de la discoteca otorgado por los bomberos para operar estaba "vencido desde agosto", según indicó a la prensa local el comandante de bomberos, Moisés da Silva Fuchs.

La administración de la discoteca lamentó el incidente e informó que sus trabajadores están "debidamente entrenados y preparados para cualquier situación de contingencia".

"Vi personas amontonadas, muertas próximas a la salida", dijo, por su lado, el comandante de bomberos del estado de Río Grande do Sul, Guido Pedroso Melo, al canal de televisión GloboNews.

El incendio se desató cuando un miembro de una banda musical que tocaba allí encendió una bengala y el aislamiento acústico del local prendió fuego en cuestión de segundos. La oficinista Michele Pereira, de 34 años, dijo que vio el fuego a partir de que dispararon la bengala. "La banda que estaba en el escenario comenzó a usar bengalas y de repente pararon de tocar y apuntaron la bengala para arriba.

El techo comenzó a quemarse, primero era débil, pero en cuestión de segundos se extendió", recordó Pereira, citada por el diario Folha de Sao Paulo. "El incendio se origina porque el vocalista de la banda (Gurizada Fandangueira) tomó una bengala o un fuego pirotécnico y una chispa tocó en el techo. Intentó apagarla con agua. Alguien intentó usar el extinguidor, pero no funcionó. Hubo dificultades para salir", comentó Murilo Lima, otro de los asistentes, según consigna la agencia Ansa.

El local, con capacidad para 2.000 personas, posee una única puerta al exterior, y no tiene salida de emergencia. Eso llevó a que muchas de las víctimas entraran en los baños creyendo que se trataba de la salida de emergencia.

Los sobrevivientes relataron que la discoteca se llenó rápidamente de un denso humo negro, sumiendo en el pánico a las casi 1.000 personas que estaban en el local. La mayoría de las víctimas, de las cuales 120 eran hombres y 113 mujeres, eran estudiantes de entre 18 y 30 años. La tragedia provocó el inmediato regreso de la Presidenta Dilma Rousseff desde Chile, donde participaba en la cumbre Celac-UE (ver página 18).

La discoteca Kiss era muy popular en Santa María, una ciudad universitaria de unos 275.000 habitantes (ver nota secundaria). El desastre hizo recordar el incendio ocurrido en 2004 en la discoteca República Cromañón de Buenos Aires, Argentina, donde murieron 194 personas después de que alguien encendió una bengala.

La sureña ciudad universitaria donde se desató el drama

Rodeada de montes, la ciudad de Santa María, situada unos 300 kilómetros de Porto Alegre y al centro del estado brasileño de Rio Grande do Sul -el más meridional y uno de los más ricos del país, gracias a la agricultura y la ganadería- es una urbe de 275.000 habitantes y ocupa el quinto lugar en tamaño en ese estado.

Punto universitario por excelencia, gran parte de sus residentes son jóvenes que estudian en una de las ocho universidades que alberga, siendo la más importante la Universidad Federal de Santa María (UFSM), con 1.804 profesores y más de 27 mil estudiantes, lo que representa un 10% del total de la población de la ciudad.

Y justamente a esta institución era a la que pertenecían centenares de jóvenes que mientras participaban en la discoteca Kiss de una fiesta organizada por algunas facultades, protagonizaron la tragedia de ayer que terminó con 233 fallecidos y cientos de heridos. "Sentimos mucho que, en medio de un momento de fiesta, la tranquilidad del país, de hermanos y amigos sea interrumpida por la noticia de una fatalidad de esta dimensión", señaló en un comunicado el director de la UFSM, Felipe Martins Müller.

Por su parte, la directora del Hospital Universitario de Santa María, Elaine Resener, y madre de uno de los heridos, expresó su consternación al diario Zero Hora: "Me gustaría que este día no hubiera amanecido".

El alcalde de Santa María decretó 30 días de luto en la ciudad.

La FIFA y el gobierno brasileño cancelaron ayer la fiesta preparada para hoy en Brasilia, que iba a marcar la conmemoración de la cuenta regresiva por los 500 días hacia el Mundial Brasil 2014, a raíz de la tragedia. La Federación de Fútbol de Río Grande do Sul también suspendió la fecha del campeonato estadual.

La Universidad Federal de Santa María informó ayer que los cerca de 50 estudiantes extranjeros que realizan intercambio en la institución fueron localizados tras la tragedia. Sólo el estudiante paraguayo Guido Ramón Brítez fue confirmado entre los fallecidos por el incendio en la discoteca.