Fue uno de los autores de la reforma electoral al binominal que ya fue aprobada por la Comisión de Constitución. Por eso Pepe Auth lamenta que la discusión entre la DC y el PS por los subpactos (posibilidad de que partidos dentro de una coalición puedan asociarse para compartir votos) haya opacado al paso legislativo de su "creatura". A juicio del diputado PPD -quien también integra la Comisión de Hacienda por donde ha pasado la discusión tributaria-, es reflejo del actual estado de ánimo en la Nueva Mayoría.
¿Qué le parece esta pugna del PS y la DC por los subpactos?
Es completamente desproporcionada la intensidad y el dramatismo que ha tenido esa discusión con lo que la motiva. Es francamente irrelevante que existan subpactos en el sistema electoral. Discrepo del tono y la manera. A lo único que ha contribuido es a opacar la importancia de la expedita y mayoritaria aprobación de la reforma al binominal. Al final, la gente se entera de una disputa muy menor entre el PS y la DC.
¿A qué atribuyen entonces la intensidad de esa pugna DC-PS?
Creo que es reflejo de otras diferencias. Hay un agotamiento. Creo que hay una percepción del PS de que la DC termina siempre imponiendo su punto de vista, aunque no tenga mucho fundamento.
¿Pone riesgo su aprobación?
No. No tengo ningún temor de que algún parlamentario de la Nueva Mayoría pueda contradecirse con lo que ha sido el discurso y la promesa a Chile desde que se constituyó la Concertación y el No en adelante. No creo que a nadie le va ya a temblar la mano a la hora de votar y ponerle fin al binominal. Nadie va a poner por delante sus intereses personales. Necesitamos 71 votos y tenemos 74 potenciales. Ni en la peor pesadilla, me imagino que esto fracase, porque alguien de la Nueva Mayoría falle.
La reforma debe ser analizada ahora en la Comisión de Hacienda, donde varios piden sincerar que el aumento parlamentario implicará mayor gasto. ¿Puede complicarse la discusión?
No lo creo. Pero hay que examinar cuáles son los caminos para resolver con el mismo presupuesto el incremento parlamentario. Ese es el compromiso del gobierno y de quienes hemos apoyado esto. La idea es que con el simple crecimiento vegetativo del presupuesto de la Cámara pueda ser abordado este aumento. En el caso del Senado es fácil, porque hubo 49 senadores y hubo financiamiento para ello. Ahí es cuestión de rebobinar para devolverles a los nuevos senadores lo que tuvieron los designados y los vitalicios.
¿Puede financiarse con el actual presupuesto?
Creo que sí. Considerando el reajuste del sector público, el incremento natural del presupuesto de un 5% anual, por supuesto con nuevo prorrateo de las asignaciones y el congelamiento de las dietas en estos cuatro años.
Otro de los puntos polémicos es el tema de distritaje. Hay críticas de que es un tema que será zanjado por los propios incumbentes, es decir los parlamentarios.
En el proyecto establecimos que en la subsiguiente elección habrá una reasignación de cupos parlamentarios en función de los datos de población. Pero evidentemente ese es uno de los problemas de las reformas electorales. Los parlamentarios son juez y parte.
¿Le habría gustado tener un acuerdo con RN en este tema?
Lo habría preferido, pero veo a RN obsesionado en la defensa de su condición de minoría, defendiendo un número par de parlamentarios, pensando en cómo empato siendo minoría, en vez de buscar condiciones para que la mayoría se exprese. ¿Por qué no piensan en ganar la elección mejor?
¿Le habría acomodado que la UDI hubiera sido parte de un acuerdo?
No, porque la UDI ha tenido la convicción de mantener el sistema, desde que se comenzó a beneficiar. Recuerdo muy bien a Pablo Longueira el 93 caracterizando al binominal como "un sistema perverso", cuando las elecciones subrepresentaban a la UDI. Pero en la medida que el binominal los comenzó a beneficiar, no sé por qué artilugio, convirtieron al binominal en una cuestión de principios. Por lo tanto, la reforma siempre la pensé a pesar de la UDI, nunca con la UDI.
Hoy algunos sectores sospechan de los acuerdos con la oposición, como lo fue la reforma educacional del 2006.
Hay acuerdos y acuerdos. Hay acuerdos donde la minoría impone un veto a la mayoría. Y hay acuerdos donde la minoría se sube a la iniciativa emprendida por la mayoría. En la primera categoría se sitúan todos los acuerdos de transición, que fueron dibujados como consensos, pero fue más bien la política de los vetos. Así fue con la Ley General de Educación y las reformas constitucionales del 2005. La diferencia de la política del veto y los acuerdos de hoy es que tienes mayoría y valoras el acuerdo, pero nunca estarás dispuesto a cambiar el objetivo principal del proyecto. Es el caso de la reforma electoral.
¿Y el acuerdo tributario? Algunos creen que se cedió demasiado.
Considero incomprensibles esos análisis. Salta a la vista que la distancia que tuvo que recorrer la UDI para firmar ese acuerdo es infinitamente más grande que lo que se tuvo que mover el gobierno y la Nueva Mayoría. Ni en la peor pesadilla, la UDI hubiera imaginado que sus parlamentarios firmarían, ni nosotros en el mejor de los sueños pensábamos que una reforma tributaria se iba a aprobar con los votos de la UDI. De repente creo que tenemos dificultad para saborear nuestras victorias.
¿A qué se debe esa ánimo en la Nueva Mayoría?
Siento que como no hay un adversario verdadero al frente, porque la derecha está en el suelo, nos inventamos peleas entre nosotros. Eso es lo que veo en esta "peleíta" o pelea de barrio entre la DC y el PS por los subpactos.
¿Es de los que cree que se debe actuar con retroexcavadora o construir a partir de lo obrado?
Nunca he compartido las vocaciones refundacionales, son adolescentes. Las tuvo Piñera, que en 20 días dijo que había hecho más que la Concertación en 20 años. O sea, si hoy podemos hablar de calidad de la Salud, es porque está resuelto el tema de la cobertura. Cada época tiene su prioridad y su afán.