Un triste acontecimiento puso al Chapecoense en el mapa del fútbol mundial. Un club humilde dentro de Brasil había llegado a la final de la Copa Sudamericana para enfrentarse a Atlético Nacional, el mejor equipo de América en 2016, pero toda esa ilusión se esfumó trágicamente. Un pequeño club de la ciudad de Chapecó, en el estado de Santa Catarina, cerca de las fronteras con Argentina y Paraguay, con una población de aproximadamente 210 mil habitantes, se preparaba para la llave más relevante de su historia.

Esta final es el logro más importante de un club fundado el 14 de mayo de 1973 y que hace siete años pertenecía a la cuarta división brasileña. Luego de 35 años, volvió a la primera división en el 2014. Sus principales trofeos son campeonatos estaduales. Ha ganado cinco veces el torneo catarinense, el último este año.

El denominado Huracán del Oeste disputaba por segundo año consecutivo la Copa Sudamericana. En la edición del año pasado llegó hasta cuartos de final, fase en la que fue eliminado por River Plate. Este año superó ese resultado, dejando en el camino a Independiente y San Lorenzo, con lo cual se instalaron en una final inédita. Tras lo acontecido, los colombianos oficialmente solicitaron a la Conmebol que el título de campeón sea para Chapecoense de manera póstuma. Un gesto conmovedor.

Para la final de vuelta de la Sudamericana, programada para el miércoles 7 de diciembre, iban a albergarla en un estadio distinto al suyo. El partido se iba a jugar en el Couto Pereira de Coritiba, debido a que su recinto, el Arena Condá, no tiene la capacidad de 40 mil espectadores que exige la Conmebol para este tipo de encuentros (recibe a 22 mil). Habían recibido ofertas de cuatro estadios diferentes para ser locales. Coritiba era un lugar especial para Caio Junior, el entrenador del club y quien dirigiera a Jorge Valdivia en el Palmeiras en el 2007, al ser su ciudad natal.

Lo que viene para el Chapecoense está rodeado por la incertidumbre. No obstante, la generosidad de los otros clubes del país no tardó en aparecer. Son varios los equipos brasileños que prestarán su ayuda. Lo primero que ofrecieron es la cesión gratuita de jugadores.

"Se trata de un gesto mínimo de solidaridad que se encuentra a nuestro alcance ahora, pero que tiene el objetivo sincero de reconstruir la institución y parte del fútbol brasileño que se perdió hoy (ayer)", se publicó en un comunicado conjunto firmado por equipos como Corinthians, Cruzeiro, Fluminense, Palmeiras, Portuguesa, Santos y Sao Paulo, entre otros. Además, los mismos solicitaron formalmente a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que el Chapecoense no descienda de categoría en las próximas tres temporadas en caso de que termine el torneo en los últimos cuatro lugares de la liga.

La CBF suspendió todas las actividades del balompié local durante una semana y decretó luto por siete días. Con esto, se aplaza la final de la Copa de Brasil, entre Gremio y Atlético Mineiro que sería esta noche, y también la realización de la jornada final del Brasileirao.

"Esta mañana (ayer) me despedí de ellos y me dijeron que iban por su sueño, a convertir ese sueño en realidad. El sueño se terminó esta madrugada (anoche)", afirmó el miembro de la junta de Chapecoense, Plino de Nes. Lamentablemente, el sueño terminó en tragedia.