Experimenta el impulso de huir, de arrancar lejos. También por primera vez en su vida ve una persona muerta, y se detiene en los surcos de su rostro ya sin movimiento. Así como presencia el castigo ajeno y el extrañamiento por un ser querido. Son las emociones del narrador y de los personajes que aparecen en las historias reunidas en Los primeros cuentos, el nuevo libro de Truman Capote. El genio que medía 1.60 de estatura y que murió con 59 años, en 1984.
Los 13 relatos que ahora publica editorial Lumen, traducidos al español por el argentino Alan Pauls, fueron escritos por el autor estadounidense antes de los 20 años. Corría la década del 30 y tras la separación de sus padres, el chico de pelo claro y de frente grande, se instaló con unas tías en el campo, en el sector granjero del sur del país, en Monroeville, Alabama.
"¿Quién era Capote antes de ser Capote? ¿Quién era antes de llevar la vida de un dandy en Nueva York, antes de internarse en Kansas a escribir la gran novela norteamericana de no ficción?", apunta la contratapa de Los primeros cuentos en referencia al narrador y periodista que publicó A sangre fría en 1966 y que disfrutaba siendo una celebridad.
Tras la muerte de Capote se han editado los títulos Plegarias atendidas (1987) y Crucero de verano (2005). El primero es una novela inacabada sobre la clase alta neoyorquina y la segunda es la primera novela que escribió. Ahora, su editor suizo Peter Haag hurgó en las 39 cajas que Capote dejó en la Biblioteca Pública de Nueva York. De ahí salieron los textos que conforman Los primeros cuentos. Parte de ellos fueron recogidos en el ejemplar Relatos tempranos que publicó el sello Anagrama el año pasado.
Aventura cachorra
Antes de cumplir 5 años aprendió a leer y a escribir. Truman Capote tuvo que arreglárselas con su aprendizaje cuando su madre, Lillie, quien lo tuvo a los 17 años, decidió alejarse de él por un tiempo. "Comencé a escribir realmente en serio cuando tenía 11 años...", afirmó el autor nacido como Truman Streckfus Persons en Nueva Orleans, en 1924.
Ante el aislamiento sufrido en la infancia el niño por entonces retraído comenzó a escribir sus propias aventuras, que más tarde se publicarían en el diario del pueblo o en el periódico de la escuela. Después, para firmar sus relatos, tomó el segundo apellido de su padrastro, Joe García Capote.
El pantano del terror, la historia que inaugura el volumen que ahora llega a librerías, narra el miedo que siente el pequeño Jep cuando entra a un bosque sin la compañía de sus amigos. "Se acercaba la oscuridad, y los árboles empezaban a arrojar sombras grotescas sobre él", apunta Capote sobre el niño que se encontrará con "el presidiario". Un hombre "grande y musculoso" que habita en el bosque. Jep deberá correr. El extraño del lugar ya tiene entre sus manos a uno de sus amigos.
Contrario a otros inéditos póstumos, los textos acá publicados están terminados y se aprecia la calidad narrativa del autor. Como señaló el diario británico The Independent, si se considera que las historias "fueron escritas cuando era un chico -entre los 11 y 19 años- entonces se vuelve impresionante que en esa precocidad ya había artesanía, sencillez y la ternura que lo hizo famoso".
Aquella calidad puede verse en uno de los cuento más extensos, De parte de Jamie, protagonizado por Teddy, un niño de 8 años que casi a diario asiste a un parque junto a la señorita Julie, quien lo cuida. El chico conocerá a una mujer que pasea a un perro llamado Frisky. El cachorro es de su hijo, pero él no puede asistir al parque. "Por eso yo saco a pasear a Frisky. Jamie nunca vino al parque. Está enfermo", le cuenta la madre a Teddy, apunta el narrador, quien mantiene la tensión hasta el final.
A su vez, Grace Lee, de 17 años, es la protagonista del cuento Si te olvido. Ella vive en "un pueblito sureño del que nadie había oído hablar". Grace espera a su amor. "Quizá vuelva y me saque de aquí y me lleve a algún lugar grande como Nueva Orleans o Chicago o incluso Nueva York", dice entusiasmada.
Otra de las ficciones de Los primeros cuentos se titula Lucy. Allí se describen los días en la ciudad de los rascacielos de una mujer venida del sur. Ella se dedicará a la cocina y a las tareas del hogar. "Tenía una piel oliva intenso y sus rasgos eran más delicados y ligeros que los de la mayoría de los negros", dice el narrador que en esa época vivía en un departamento en Riverside Drive, en Manhattan.