En términos comerciales, ¿qué puede más que el sexo? Los tres libros que conforman Cincuenta sombras de Grey han vendido más de 30 millones de ejemplares a nivel mundial y se han mantenido por prácticamente un año en el número uno de las listas de ventas. La pregunta era entonces, ¿quién podrá contra ese bestseller de la literatura erótica?
La respuesta llegó a comienzos de año y acaba de publicarse en España por Mondadori. Se llama Perdida, está escrita por la norteamericana Gillian Flynn y viene amparada por el espaldarazo de la crítica, tres millones de copias vendidas en EE.UU. y el hecho de ser el tercer libro electrónico más vendido de la historia, además de una próxima adaptación cinematográfica producida por Reese Witherspoon y su reciente nominación al prestigioso Premio Orange (Reino Unido), que distingue anualmente a la mejor escritora de ficción, donde comparte lista con Zadie Smith y Hillary Mantel.
Perdida engancha, divierte y aturde desde el inicio hasta el final. De entrada se cae en un misterio, en la violenta desaparición de Amy Dune, una hermosa mujer de 38 años el día de su quinto aniversario de bodas. Ella, neoyorkina de burguesa cuna y cepa, ha dejado su ciudad para mudarse a un aburrido suburbio en Missouri, siguiendo los pasos de Nick, su marido, quien monta un bar junto a su hermana para reinventarse profesionalmente y cuidar de sus ancianos padres. Amy y Nick son periodistas y aman escribir, pero la crisis los ha dejado sin trabajo. Ella tiene un fondo fiduciario y el dinero no la apremia. Es precisamente con ese dinero con el que Nick ha montado el bar y con el que han comprado una enorme casa en un barrio acomodado, a orillas del Mississippi. También están presentes en la trama los padres de ella, unos psicólogos que han construido su fortuna escribiendo libros infantiles sobre una suerte de espejismo de lo que es o debería ser Amy.
La crisis económica es el telón de fondo. La desaparición de la mujer perturba y anima la deprimida existencia de los habitantes de esta zona del Oeste americano, que recuerda a ciertos pasajes de Jonathan Franzen. Hay rastros de violencia en la casa el día de su desaparición. También están las pistas del tesoro que Amy dejó a su marido para que encuentre su regalo de aniversario.
La estructura narrativa de Perdida es uno de los grandes logros. Las voces se intercalan por capítulos, habla el marido en tiempo real y luego leemos el diario de Amy, que comienza en el día en que se conocieron, siete años atrás, y va avanzando hacia la actualidad. No sospechar de Nick es imposible. El tipo no llora en público y a veces hasta sonríe. Incluso nos dice que le miente a la policía, pero no nos dice qué ni por qué. Por otro lado, el diario de Amy describe un amor tan absurdamente ideal que algo huele mal. La policía, los medios, internet llenan de ansiedad el escenario.
Perdida es un hilarante thriller psicológico, lleno de intriga, secretos y giros narrativos que enganchan al lector en una trama adictiva. Además, es una historia de amor aterradora, y quienes hayan pasado por el matrimonio se sentirán perturbadoramente identificados en más de una ocasión.
La crítica no ha podido ser más elogiosa. Stephen King la describe como "una narradora aguda, con talento para lo macabro". The New York Times la comparó con Patricia Highsmith.
Según Rodrigo Fresán, editor en Mondadori, el éxito de la novela radica en que "hay cosas mucho más fuertes y más duras que el sexo dentro de esa extraña entidad compuesta por un hombre y una mujer que dicen estar, sí, perdidos el uno por la otra, la otra por el uno, y que sospechan que encontrar aquello que se ha perdido puede no ser la mejor solución al enigma de sus días y de sus noches".