El ex rebelde congolés Thomas Lubanga Dyilo, declarado hoy culpable de reclutar a niños soldado entre 2002 y 2003 en la República Democrática del Congo (RDC), es un antiguo señor de la guerra que sin piedad arruinó la vida de muchos menores.

Nacido el 29 de diciembre de 1960 en Djiba, en la región de Ituri, en el noreste de la RDC, Lubanga estudió psicología en la congoleña Universidad de Kisangani.

Durante los primeros años de la Segunda Guerra del Congo (1998-2003), fue comandante de la milicia Reagrupación Congoleña por la Democracia-Movimiento de Liberación (RCD-ML), contraria a Laurent Kabila y apoyada por Ruanda y Uganda.

Paralelamente a esa gran guerra, en 1999 estalló en Ituri (noreste de la RDC) un conflicto local entre las etnias Hema, Lendu, Ngiti y Bira por el control de las minas de oro.

Lubanga, de la etnia Hema, fundó en julio 2001 en Ituri la Unión de Patriotas Congoleses (UPC), que sólo ganó influencia a partir de 2002, cuando Lubanga fue relegado en la RCD-ML y se separó de esa milicia.

Después, fundó las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC, brazo militar de la UPC) y asumió en septiembre de 2002 la presidencia de la UPC, que registró como partido político, además de exigir el reconocimiento de Ituri como provincia autónoma.

El conflicto de Ituri, con siete milicias enfrentadas, se agravó por la presencia de tropas ugandesas, convirtiéndose en una guerra con más de 60.000 muertos y miles de desplazados.

En agosto de 2002, los hombres de Lubanga tomaron Bunia (capital de Ituri), apoyados por tropas ugandesas, causando al menos cien muertos y numerosas atrocidades, según distintas fuentes.

Entre diciembre de 2002 y comienzos de 2003 atacaron las localidades mineras de Kilo, Kobu, y Sipri.

Según la organización pro derechos humanos Human Rights Watch, sólo en Kilo fueron asesinados a martillazos un centenar de civiles Lendu a quienes se les obligó a cavar sus propias tumbas.

Tras las masacres, de las que Lubanga está considerado autor intelectual, tropas francesas fueron desplegadas en la región en junio de 2003, bajo mandato de la ONU (Operación Artemis).

En 2003, Lubanga rompió con Uganda para aliarse con Ruanda y, ya en 2004, rechazó adherirse al acuerdo del fin de hostilidades en Ituri.

Tras el asesinato, en febrero de 2005, de nueve cascos azules de la ONU en Bunia, el Gobierno de la RDC ordenó capturar a los presuntos autores.

El primer detenido fue el líder lendu Floribert Ndjabu y, el 19 de marzo siguiente, Lubanga fue capturado y confinado en la central prisión de Kinshasa, aunque en un principio fue recluido en uno de los hoteles más lujosos de la capital congoleña.

El 10 de febrero de 2006, la Corte Penal Internacional (CPI) dictó su detención por reclutar y utilizar como soldados a niños menores de 15 años entre septiembre de 2002 y agosto de 2003.

El 17 de marzo siguiente, Lubanga se convirtió en el primer detenido por orden de la CPI y fue trasladado al centro de detención de La Haya (Holanda).

Antes de su traslado a La Haya, se despidió de su país entre lágrimas mientras subía al avión del Ejército francés que le llevaría a la ciudad holandesa.

Compareció por primera vez ante la CPI el 20 de marzo de 2006, y negó los cargos que se le imputan.

En enero de 2007, los jueces determinaron que había evidencias para juzgarle por cargos de crímenes de guerra contenidos en los artículos 8 y 25 del Estatuto de la CPI.

En junio de 2008, comenzó el juicio, el primero de la CPI, pero los jueces lo paralizaron el 16 de junio porque la fiscalía no había facilitado al acusado determinados documentos confidenciales.

La defensa alegó que la ocultación violaba el derecho de Lubanga a un juicio justo, por lo que el tribunal se vio obligado a dictar su liberación el 2 de julio siguiente.

Sin embargo, la Cámara de Apelación acordó mantenerle bajo custodia mientras se resolvía el contencioso.

El 28 de noviembre de 2008, el tribunal anunció que habían "desaparecido" las razones para paralizar el juicio, cuya fecha fue fijada para el 26 de enero de 2009.

Siete años después de su detención, los jueces consideraron hoy "probado sin lugar a dudas" que las fuerzas de Lubanga reclutaron a niños y niñas para intervenir "activamente" en "hostilidades".

En el caso de las niñas, los milicianos del Lubanga las obligaban a ser "esclavas sexuales" de los comandantes, según los jueces.

Thomas Lubanga está casado y, pese al desprecio que mostró siempre hacia los niños, tiene siete hijos.